La situación de Pablo Casado al frente del PP se complica con el paso de las horas. El líder del PP pretende aguantar hasta julio, cuando se celebra el congreso ordinario, a la espera de que la salida de más informaciones sobre el caso Ayuso puedan devolverle el liderazgo moral del partido. Pero la alianza que han sellado sus barones, Isabel Díaz Ayuso, Alberto Núñez Feijóo y Juanma Moreno amenazan con destruir sus expectativas.
Los tres se han puesto de acuerdo para que la salida de Pablo Casado se realice de manera inminente y, además, ya plantean la celebración del congreso el próximo mes de marzo, en el que se decidirá el futuro liderazgo del Partido Popular, según publica El Diario.
Esto se une a la precaria situación que vive Casado incluso dentro de su núcleo de confianza. El Comité de Dirección del PP está abriendo la grieta por la negativa del líder popular a destituir a su secretario general, Teodoro García Egea, con las vicesecretarias Ana Pastor y Elvira Rodríguez cuestionándose el atrincheramiento que aprecian de Casado, según publica el diario ABC. No son las únicas, por ejemplo la diputada por Valencia, Belén Hoyo, miembro del comité nacional y presidenta del comité electoral, también ha reclamado la destitución de Egea.
A dicha grieta también se suma la ausencia del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, la persona que Génova interpuso en su día entre la dirección nacional y Ayuso. El gesto supone una grieta y una posible pérdida de un apoyo importante para Pablo Casado.
La alianza de los barones comenzó el domingo, cuando Feijóo y Ayuso acordaron que el tiempo de Casado había llegado a su fin como presidente del PP. La presidenta madrileña, además, ha descartado postularse a liderar la formación nacional: "Mi sitio está en Madrid", ha afirmado en el acto de inauguración de una biblioteca en Boadilla del Monte. Moreno, posteriormente, se ha sumado a esta alianza.
Feijóo como posible sucesor
La situación recuerda a 2018, cuando Feijóo, como referente del partido, llegó a plantearse liderar el partido tras la salida de Mariano Rajoy del Gobierno. Su negativa llevó a un número de candidaturas, entre ellas las de Pablo Casado,q que reconocieron que no se habrían presentado de haber tenido como rival al barón gallego.
La situación no es igual que la vivida entonces. El PP tenía entonces una guerra soterrada entre Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría y, además, enfrentaba un largo período en la oposición. Ahora, el partido ha saltado literalmente por los aires y enfrenta comicios en Andalucía a finales de año, a los que se suman todo tipo de procesos electorales en el siguiente ejercicio.
La guía sobre lo que espera la puede haber ofrecido el diputado en el Parlamento de Galicia y presidente de Nuevas Generaciones en la región, Adrián Pardo, que ha compartido un manifiesto en Twitter en el que exige una gestora que lleve al partido a un congreso que elija una nueva dirección: "Tenemos que estar a la altura de nuestro país. Se lo debemos a nuestros militantes y a todos los españoles", adjuntaba como comentario en la citada red social.
Junto a los barones, algunos dirigentes territoriales también se están posicionando en esta crisis y no a favor de Casado. Es el caso de la presidenta del PP en Asturias, Teresa Mallada, que ha apoyado el posicionamiento de Feijóo a través de las redes sociales: "El sábado hice una llamada a la serenidad, pero también manifesté la necesidad de que nuestro presidente nacional tomara una decisión urgente".
Tan solo le queda a Casado el apoyo de un barón, el presidente de Murcia, Fernando López Miras, con el que Teodoro García Egea mantiene una excelente relación. Sin embargo, la fuerte pérdida de apoyos dificulta enormemente el futuro político de Pablo Casado.