El caso de Madeleine McCann, la niña desaparecida en 2007, ha dado un giro en sus acontecimientos. Julia Faustyna, una joven polaca de 21 años aseguró a través de las redes sociales su convicción de poder ser ella. Como prueba, presentó unas fotos que apuntaban a un gran parecido físico con la pequeña.
La noticia no taró en llegar a la familia de Maddie, con la que Julia estaba intentando contactar desesperadamente. Los padres de la menor desaparecida accedieron a realizar una prueba de ADN para esclarecer las dudas, pero la familia de la joven polaca ha rechazado entregar ninguna prueba de su identidad.
A través de un comunicado compartido en la cuenta de Facebook de una ONG polaca dedicada a la búsqueda de personas desaparecidas, la familia de Julia ha hecho sus primeras declaraciones sobre la situación. De forma muy contundente, han negado que su hija pueda ser la pequeña McCann apuntando a que tienen pruebas, fotografías y recuerdos que confirman que Julia es su hija biológica.
En el atestado, la familia de la joven también ha manifestado que no dará más declaraciones, publicará fotos o dará ningún tipo de entrevista a los medios. Remiten cualquier consulta o comentario al Defensor del Pueblo de la Jefatura Provincial de la Policía de la ciudad de Wroclaw , "quien está llevando a cabo la investigación sobre Julia y a quien hemos proporcionado todas las pruebas documentales necesarias en este caso", explican.
Trastornos psicológicos
En la publicación, la familia de Julia ha querido tomar postura sobre el tema ante las críticas recibidas. Al no querer realizarse las pruebas de identidad han sido amenazados por no querer facilitar la investigación. Por su parte, han defendido la identidad de su hija, y han apuntado a su condición psicológica para explicar lo ocurrido.
"Siempre intentamos entender todas las situaciones que sucedieron con Julia. Numerosas terapias, medicamentos, psicólogos y psiquiatras", explican. Dicen ser conscientes de todo lo que ha hecho su hija, a pesar de haberse mudado de casa. "Sus mentiras y manipulaciones, actividad en internet. Lo hemos visto todo y hemos intentado evitarlo para explicarlo, le hemos pedido que pare", exponen.
Por último, han asegurado una intención de su hija de querer ganar popularidad, que para ellos explica las razones de la situación: "Julia una vez quiso ser cantante, modelo. Ella siempre quiso ser famosa. Lo que está pasando ahora tiene un millón de seguidores. Tememos cómo soportará Julia lo inevitable. Internet no olvida y está claro que Julia no es Maddie. Estamos desolados por la situación".