El Sorteo de Lotería de Navidad tuvo lugar, una vez más, el pasado 25 de diciembre. Gracias al Gordo, la felicidad ha alcanzado las casas de muchos españoles, cuyos décimos han resultado premiados con jugosas cantidades de dinero. El premio máximo, 400.000 euros por un décimo, se corresponde con los 4 millones por la serie.
Es momento de echar la vista atrás y dar cuenta de lo mucho que le cambió la vida a una familia andaluza a la que hace dos años le tocaron ni más ni menos que siete décimos una vez concluido el Sorteo. Nos situamos en la mañana del 22 de diciembre de 2017, donde Luis se dispuso a ir, como cada día, al trabajo. María se quedó en casa. Sin embargo, ese día había algo de diferente, pues portaba consigo un papel con todos los números del Sorteo de Lotería de Navidad a los que iba a jugar, con la esperanza de hacerse con el Gordo.
Una vez allí, la mañana transcurrió con total normalidad hasta que "alguien en la oficina mencionó que había caído algo en Málaga". "Miré la chuleta con la desgana de saber que la gente de Madrid me echaría en cara estar aquí y no llevar décimos premiados", recuerda en declaraciones a la Cadena SER. Todo cambió cuando fue realmente consciente de que ese año no había sido como otro cualquiera. Luis procedió a comprobar en un buscador online si sus décimos llevaban premio o no. Para su sorpresa, empezó a darse cuenta que lo estaban. Y con el premio máximo.
Doble comprobación
Como es natural, en esos momentos nadie puede créerselo a la primera. El padre de familia pensaba que se había equivocado: "No sabía cuánto jugábamos, si era compartido, si era una participación o qué, así que con una sensación muy rara en el cuerpo, llamé a mi mujer, también preparado para que me dijera que la chuleta estaba mal escrita o algo". Luis le preguntó a su esposa si el número 71198 no solo era el que él tenía apuntado, sino si era realmente el que tenían en casa. María le dijo que sí. Fue entonces cuando todo cambió, aunque al principio ella no terminaba de créerselo.
- María: "Venga Luis, déjate de coñas, todos los años igual"
- Luis: "María, te lo juro por la niña"
- María: "¡Pero qué dices! ¡Que nos ha tocado!"
- Luis: "EL JODIDO GORDO, MARÍA"
Fue entonces cuando María le dijo que entre su familia y la de su marido poseían ni más ni menos que 7 décimos en total. Cuando su llamada finalizó, Luis salió imparable del trabajo, puso rumbo a casa y no se paró ni un minuto en el trayecto. Si las cuentas no le salían mal, fue calculando con cuánto dinero se habían hecho: 2.250.000 euros. Cuando llegó y lo comprobó, con todos los décimos en la mano y tras hablar con todos sus familiares, acudió a una sucursal bancaria en la que permaneció el resto del día, con el fin de entregar los décimos premiados y cobrar la cantidad correspondiente. Sin embargo, aún no podía cobrarlos y, como la familia salía de vacaciones ese día de diciembre, decidieron finalmente depositarlos en la sucursal.
Fue gracias al número que le ofrecieron a María en su lugar de trabajo y que compartió posteriormente a toda la familia, adquiridos en la administración de lotería de la calle malagueña de Mármoles. En total fueron seis décimos del mismo, el último cayó en las manos de su suegro pocas horas antes del sorteo.
Todos los miembros de la familia pensaron a la grande, soñaban con ir al Caribe, por lo que fantasearon con emplear el dinero en un viaje al otro lado del charco en caso de que les tocara el premio. "Somos una familia muy grande, con muchos niños, y mi padre cumplió con creces. Al final nos fuimos a Marruecos todos juntos, lo pasamos genial y estuvimos juntos, que nos encanta. Lo elegimos por cercanía y facilidad para movernos con tanto niño", relata Luis.
La familia de la que forman parte Luis y María es muy grande y aunque no todos los hermanos decidieron jugar ese décimo, finalmente todos fueron parte de la celebración. El resto decidió darse algún que otro capricho, aunque no se excedieron. Uno de ellos se compró una lancha para el verano y otro firmó la compra de una casa ante el notario: "No canceló la firma pero salió del notario más a gusto que un arbusto y luego se llevó a todos sus amigos a un privado de Pachá". "Varios nos hemos juntado para invertir una parte del premio en temas inmobiliarios", apuntan.
Ahora todos han vuelto a sus vidas corrientes, con sus trabajos de siempre, y aunque aseguran que el hecho de que te toque la Lotería "no te retira", pero si sabes administrarlo bien "te facilita la vida enormemente".