Muchos recordarán que, desde hace un par de años, los grandes estudios llevan prometiendo que el próximo blockbuster a estrenarse "tendrá un personaje LGTB". Como no podía ser de otra forma, Hollywood lo ha vuelto a hacer. Y no, lo que ha hecho no ha sido lo de cumplir tales afirmaciones, sino engañar al espectador con falsas esperanzas en cuanto a la representación de un colectivo que sigue marginado en el cine mainstream.
Parece mentira que, en pleno 2018, lo de la visibilidad para el colectivo LGTB en pantalla siga siendo una de las tareas pendientes en esa "fábrica de sueños", etiqueta que nos indica que, de momento, tendremos que seguir soñando si esperamos que desde el cine más comercial exista cualquier tipo de representación del colectivo que vaya más allá de los clichés y los tópicos que, siendo sinceros, ya aburren bastante.
Para reforzar tales afirmaciones, desde el año 2012 la ONG GLAAD (Gay and Lesbian Alliance Against Difamation) lleva realizando un informe en base al análisis de un determinado número de títulos para elaborar, con datos reales, un estudio que habla de dicha representación. Y los datos no son nada halagüeños, como no podía ser de otra forma. Tomando como referencia 109 películas de los siete grandes estudios de cine (Disney, Fox, Lionsgate, Paramount, Sony, Universal y Warner), es preocupante que, de todas ellas, en 2017 tan solo 14 incluyesen a algún personaje LGTB. Eso significa un 12,8% (y un 5,6% menos que en 2016) de representación.
Ni el triunfo en los Oscar de 'Moonlight' y el éxito de 'Call me by your name' parecen haber allanado el camino a una normalización que tardará en llegar, al menos por la forma en la que Hollywood establece los cánones en cuanto a la visibilidad de un colectivo que sigue siendo invisible a ojos de los grandes estudios. Para demostrarlo, tan solo cabe tener en cuenta cuales han sido todos los ejemplos en los que se engañó al público afirmando la inclusión de personajes LGTB en el blockbuster de turno, que no son pocos.
Titulares, promoción pero visibilidad cero
De todos los estudios, el que peor parado sale (y por si alguien aún tenía la duda) es Disney. 'La Bella y la Bestia', 'Thor: Ragnarok', 'Black Panther' y 'Han Solo' prometían a bombo y platillo (por aquello de generar titulares y, con ello, expectación ante una supuesta revolución que parecía modernizar los cimientos de un estudio que sigue siendo de mentalidad aún prehistórica) la inclusión de personajes gays, lesbianas, bisexuales o pansexuales. Entendemos que lo de "pansexual" se debe a que, como Disney ya ha hecho tanto por el colectivo LGTB, no hay forma mejor de creerse modernos que dando un paso más allá y atreverse con un personaje definido como tal. Tristemente, ninguno de esos anuncios se vio reflejado en pantalla.
En 'La Bella y la Bestia', el personaje de LeFou (interpretado por Josh Gad) deja clara su orientación sexual durante un número musical. ¿Cómo? Echándole una mirada al guapo del pueblo. Muy bien, Disney. Gracias por convertirte en todo un referente a la hora de normalizar al colectivo y por no hacerlo en base a topicazos que resultan bochornosos. Continuando con los títulos citados, las dos producciones de Marvel que iban a aportar su granito de arena y tener contento al GLAAD (seguramente, eso pensarían desde los despachos de los directivos), tendrían entre sus personajes a sendas mujeres a las que les gustan otras mujeres. Una lesbiana y una bisexual en dos películas de superhéroes pensadas para toda la familia. "Joder, somos super modernos y transgresores" (los directivos de la compañía de Mickey Mouse imaginándose en una carroza del Día del Orgullo por su implicación con el colectivo). Finalmente, el personaje de Valkyria (Tessa Thompson) en 'Thor: Ragnarok' no reflejó en pantalla su bisexualidad, y la escena en la que Ayo (Florence Kasumba) flirteaba con otra mujer en 'Black Panther' fue eliminada del montaje final. Otros dos intentos fallidos.
El último de ellos, y el más irrisorio, es el de 'Han Solo' y el hecho de querer vendernos al personaje de Lando Calrissian (Donald Glover) como pansexual. ¿Cómo acabó reflejado esto en pantalla? De ninguna manera. Tan solo debemos creernos que así es como definieron al personaje el guionista Jonathan Kasdan y el propio actor.
Por lo que al resto de productoras se refiere, la cosa varía muy poco en cuanto a la visibilidad que se nos había anunciado copando titulares y que acabó en simples afirmaciones por parte de los creadores. Supuestamente, el personaje de Kate McKinnon en 'Cazafantasmas' era lesbiana. Un beso entre dos personas del mismo sexo en 'Star Trek: Más allá' fue fulminado de la sala de montaje. Los chistes sobre la supuesta bisexualidad de Deadpool en la secuela del spin-off de Fox se quedaron en eso, chistes. Que la Power Ranger amarilla interpretada por Becky G fuese lesbiana, se quedó en una anécdota dentro de la historia. Y la declaración que demostraba que al personaje de Zia Rodriguez (Daniella Pineda) en 'Jurassic World: El reino caído' le gustasen las mujeres, tampoco fue incluida en el montaje final de la película.
La cuestión es: si finalmente no se van a cumplir aquellas promesas que pretenden ser parte de una normalización que el colectivo LGTB lleva pidiendo a gritos desde hace años, ¿por qué nos engañan? Quizá la respuesta más plausible sea el hecho de que, en Hollywood, como en el cine, todo es mentira. Por el contrario, siempre nos quedará el cine independiente, el cual sigue siendo el último salvoconducto en cuanto a la visibilidad de lesbianas, gays, transexuales, pansexuales, bisexuales y demás, ya que tal y como afirma Sarah Kate Ellis, presidenta de GLAAD, "hay que seguir luchando para ver una mejora sustancial en el uso que Hollywood hace de los personajes e historias LGTBQ".