Duro golpe para el mundo de la cultura española, que ha perdido a una de las figuras más importantes de la literatura actual. El escritor Javier Marías ha fallecido durante la jornada del 11 de septiembre a los 70 años de edad en Madrid. El veterano novelista deja tras él una amplia obra literaria, que ha sido objeto de estudio y que se ha convertido en una obra de culto por la comunidad cultural nacional.
El ilustrado escritor falleció durante la primera hora de la tarde por las complicaciones derivadas de una neumonía bilateral provocada por el Covid 19. Javier Marías llevaba varias semanas ingresado en un centro hospitalario de la Comunidad de Madrid, teniéndose que ser sometido a un coma inducido para garantizar su salud. En las últimas horas el novelista sufrió un cambio en el cuadro clínico, donde un empeoramiento ha terminado derivando en su fallecimiento. Según se ha podido conocer, en las próximas horas el conocido literario será incinerado en su ciudad de nacimiento, Madrid.
El conocido académico nació en 1951 en el madrileño barrio de Chamberí, estrenándose como escritor en 1971, a los 19 años de edad cuando escribió la obra 'Los dominios del lobo'. La obra fue escrita en el apartamento que contaba su tío Jesús Franco en Paris. El libro estaba dedicado que Juan Benet y a Vicente Molina Foix.
Una vida muy ajetreada
Javier Marías durante gran parte de su vida aprovechó para compaginar la enseñanza en la Universidad Complutense con la escritura y la traducción. Tanto es así, que en 1979 la versión de 'Tristram shandy', de Laurence Sterne que hizo, le permitió obtener el premio Nacional. Esta no sería la única vez que lograría dicho premio y es que en 2012 repetiría con la obra 'Los Enamoramientos', llegando a ser uno de los fieles candidatos al premio Nobel durante algunos años.
Una de las obras más importantes que escribió fue entre el 2002 y el 2007, donde hizo su gran trilogía bajo el nombre 'Tu rostro mañana'. Se trataba de una obra de recuperación historia y personal, donde se atrevió a narrar la delación de la que fue su padre, el filósofo Julián Marías, fue víctima durante la guerra civil. Su progenitor tuvo prohibido impartir clases universitarias por negarse a firmar los principios del Movimiento, obligándole a viajar en varias ocasiones a Estados Unidos para dar clases.
Con un estilo sólido, distintivo que le hacía tener una mirada clara, crítica y directa del presente, siendo fiel a sus principios y con la intención de recuperar la voz de esos que se la quitaron, por lo que todos sus protagonistas eran intérpretes o traductores. La obra de Marías será siempre recordada por expresar una verdad que pocas veces se encontraba en la narrativa española.