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Política

La Falange 'Auténtica' que quería asesinar a Franco

Ante los desacuerdos con Franco, los falangistas 'auténticos' crearon su propia asociación clandestina para acabar con el régimen.

Tras el fin de la Guerra Civil española en 1939 no fueron pocos los que pensaron que el fin del régimen podría llegar fácilmente con el asesinato de Francisco Franco. Republicanos, soviéticos, anarquistas... Los sorprendente es que había otro grupo más que también pensaba lo mismo: los falangistas.

A pesar de haber combatido con gusto junto al gallego, la formación de ultra derecha no estaba nada contenta con el Decreto de Unificación que Franco publicó el 14 de abril de 1937. Éste documento integraba todas las ideologías afines a él en una sola e ilegalizaba al resto de formaciones. Los falangistas, que se consideraban muy responsables de las bases de este nuevo régimen que se había constituído, no les pareció demasiado bien esta imposición, lo que los llevó a constituir una Falange 'Auténtica' en la clandestinidad.

La Falange seguía los ideales de José Antonio Primo de Rivera, fundador del partido en 1933, y eran seguidores del por entonces jefe de la formación, Manuel Hedilla Larrey, quien se opuso a este Decreto y terminó siendo asesinado por el régimen por conspiración contra Franco. En este ambiente de descontento surgieron los falangistas 'auténticos' que se oponían a la dictadura.

Franco veía a la Falange como a niñatos

La Falange 'Auténtica' seguían más las ideas de Primo de Rivera que la de Franco
"La Falange 'Auténtica' seguían más las ideas de Primo de Rivera que la de Franco"

Unido a lo contrarias que parecían las acciones a los ideales de la Falange, Franco tampoco tenía buenas palabras para ellos. Tal y como contaba Vicente Gil, médico del dictador durante 40 años, él creía que se comportaban como "niñatos", eran "unos chulos de algarada", y que las protestas que protagonizaban en su contra no iban a generar buena imagen de España en el exterior.

Fue en 1939 cuando se reunieron en casa del general Emilio Rodríguez Tarduchy para constituir la Junta Política clandestina contra el régimen. A éste lo nombraron presidente, y se unieron a la formación figuras como el periodista Patricio González de Canales, Daniel Buhigas, Ricardo Sanz, Ventura López Coterilla, Luis de Caralt, José Antonio Pérez de Cabo, Gregorio Ortega Gil o Ramón Cazañas, quien fue años antes nombrado jefe de la Falange de Melilla por Primo de Rivera.

El simbolismo del magnicidio que habría revolucionado la historia

Los objetivos de sus atentados iban a ser Serrano Suñer y Franco
"Los objetivos de sus atentados iban a ser Serrano Suñer y Franco"

Las propuestas de esta formación secreta eran tan radicales como ellos: asesinar a Ramón Serrano Suñer, impulsor del Decreto que los ilegalizaba, y asesinar a Francisco Franco. Según narra el escritor y divulgador histórico José Luis Hernández Garvi en su libro 'Ocultismo y misterios esotéricos del franquismo', el 1 de abril de 1941 fue la fecha elegida para acabar con la vida de Franco.

Durante la celebración del Día de la Victoria sobre la República tendría lugar este atentado que hubiera conllevado unas consecuencias importantísimas para la historia de España, además del hecho del fin del dictador, por lo que simboliza ese día.

En un inicio se planteó el magnicidio mediante una bomba en la tribuna del Caudillo, pero lo descartaron porque tendría unas graves consecuencias no sólo para el dictador, y lo rechazaron porque lo consideraban un método más propio de anarquistas que de falangistas. Entonces se optó por dispararle, en esta ocasión durante la función que Franco iría a ver esa misma noche al Teatro Español de Madrid.

En el momento de la votación de la Junta de la Falange una semana antes del asesinato, los miembros comenzaron a mostrarse dudosos. Finalmente, llegaron a la conclusión de que estos dos asesinatos que planeaban podrían tener un efecto contrario al que buscaban y supondrían una represión hacia ellos que ya habían vivido en sus carnes.

El falangista Mariano Durruti, hermano del líder anarquista Buenaventura, fue asesinado por el régimen en 1937; Juan Domínguez, inspector nacional del SEU, organización sindical de estudiantes fundada por la Falange, fue ejecutado en 1942 tras un largo juicio; y Juan Pérez de Cabo, miembro de la Junta de la Falange clandestina, fue ajusticiado por buscar financiación para su organización. Los falangistas 'auténticos' ya tenían bastantes pruebas de las represiones que podrían sentir tras la muerte de Franco.

Cuatro votos en contra y una abstención

Se descartó poner una bomba en su tribuna porque era un método más de anarquistas
"Se descartó poner una bomba en su tribuna porque era un método más de anarquistas"

Las acciones que podrían haber cambiado el rumbo del país no tuvieron apoyo en su propio partido, pues las votaciones tuvieron cuatro votos en contra y una abstención. Ninguno de los falangistas 'auténticos' votaron a favor del atentado.

Se conocen diversos testimonios que corroboran estas reuniones, pero los hechos no están históricamente demostrados ya que no hay registros del partido. Los miembros acudían en secreto a las reuniones a riesgo de ser descubiertos y ejecutados. Es por ello que muchos historiadores no creen que esta formación apoyara tan fervientemente el magnicidio, a pesar de que sí confirman el odio que muchos falangistas sentían hacia Franco.

Otras informaciones, sin embargo, sí afirman que Patricio González de Canales, miembro fundador de la Falange 'Auténtica', quería llevar a cabo el asesinato e incluso planeó otro atentado que no pudo llevarse a cabo.

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