¿Y si tuviésemos que comenzar a pagar por el uso de las redes sociales? ¿Cómo repercutiría en nuestra vida diaria? Porque, desde la popularización del smartphone, todos hemos comenzado a utilizar este tipo de plataformas durante las 24 horas del día.
Sin embargo, al menos en Uganda, la situación ha cambiado. Su Gobierno ha comenzado a implementar una tasa diaria de 0,04 euros diarios por usar Facebook o Twitter. La medida lleva en vigor desde el pasado domingo 1 de julio. Y ya ha traído consecuencias: los usuarios que no han pagado han visto cómo sus perfiles desaparecían.
La tasa también aumentará hasta los 0,05 euros diarios en el caso de que se utilicen plataformas de contenido en 'straming'. Entre ellas se incluyen, por ejemplo, Netflix o Youtube. También deberán pagar los blogueros y youtubers, una tasa de 920 dólares mensuales que podría coartar su libertad de expresión.
Para garantizar este pago, las autoridades del país africano se dedicarán a controlar qué tipo de contenidos se están consumiendo, ya que otras plataformas como los diarios digitales, no serán objeto de esta medida.
Con ello, la Autoridad de Impuestos de Uganda espera recaudar más de 62,5 millones de euros durante el período fiscal 2018/2019: "Hemos tenido reuniones con el Ministerio de Finanzas, pero no puedo confirmar a día de hoy cómo será recaudada la tasa", ha relatado el director de la institución, Ian Romanyika.
Las críticas se han extendido por todo el país
Los impuestos recaudados se cobran a través de las operadoras de telefonía. Entre ellas, Africell, Airtel y MTN; que cobrarán en tres modalidades: 0,044 euros diarios, 0,3 euros mensuales ó 1,32 euros mensuales.
Las críticas por la aprobación de esta medida se han extendido por todo el país. Richard Ssempala, investigador de la principal universidad de Uganda, teme que impacte en las actividades empresariales, en el ámbito de la salud o en el comercio de los agricultores que venden sus productos online.
Por otro lado, crecen las voces que piden que la tasa se cobre a los propietarios de las redes, no a sus usuarios: consideran que estas compañías ganan dinero con la publicidad que ofrecen a los ciudadanos del país, por lo que entienden que son responsables del tráfico que generan en su propio beneficio.
Sin embargo, la posibilidad de que el gobierno de un país con poco peso internacional se enfrente a las grandes tecnológicas entraña ciertas dificultades: "Si el Gobierno tiene miedo a confrontar a Facebook y otros gigantes tecnológicos para imponerles tasas, puede intentar buscar una solución con otros países de África oriental o con la Unión Africana", propone Fred Muwema.
La polémica está servida, aunque el mayor temor se centra en el peligro de dañar el comercio local y la libertad de expresión.