No es la primera vez que Facebook se utiliza como plataforma para denunciar un hecho ante la opinión pública. Esta vez, la red social se moviliza para dar con el paradero de dos hombres que se han fotografiado haciendo surf sobre una tortuga.
El suceso ha tenido lugar en la isla de Fases, Australia. Los protagonista son dos jóvenes que posan con sus cervezas sobre el animal, que queda atrapado e inmovilizado por el peso de ambos. Uno de ellos colgó la foto en su cuenta de Instagram, con un comentario que rezaba: "surfeando sobre una tortuga este fin de semana".
Ante todo el revuelo que se ha generado, los protagonistas han decidido eliminar la publicación y privatizar sus cuentas en las redes sociales, pero ya es demasiado tarde. Matt Wright, un usuario de Facebook, ha realizado una captura de la publicación y la ha colgado en su cuenta, para que todo el mundo pueda ver el trato vejatorio al que han sometido los dos hombres a la tortuga.
El Servicio de Parques y Vida Silvestre de Queensland ha anunciado que los dos hombres se enfrentan a una multa de unos 20.000 dólares australianos (unos 13.800 euros) por atentar contra un recurso natural. Así mismo, los investigadores sospechan, después de calcular el peso que tuvo que soportar el animal, que podría haber muerto.
El maltrato animal, una lacra de la sociedad
Cada vez se tiene una mayor conciencia de que el maltrato animal es un serio problema. Además, el auge de la sociedad multimedia es un arma de doble filo para este drama. Por un lado tenemos el caso anterior, en el que las redes sirven como canal de denuncia para una determinada situación, pero por otro lado contribuye a que los casos aumenten, ya que la motivación de varios maltratadores es subir el material a la red.
Uno de los sucesos más recientes, que ha sobrecogido a la opinión pública, ha sido en Molina del Segura, Murcia, con la detención de cinco menores que torturaban animales, para grabarlo en vídeo y difundirlo por las redes sociales. Los jóvenes allanaban granjas vecinas para mutilar a los animales de estas, cabras y cerdos en su mayoría, y dejarlos agonizar hasta la muerte.
Lo más grave de este asunto es que los jóvenes habían planeado repetir el macabro ritual para la noche de Halloween, esta vez con una persona elegida al azar.
Debemos de ser conscientes de que si una persona es capaz de infligir tal dolor a un animal, poco le separa de hacerlo con una persona, por lo que el peligro de este problema es aún mayor del que pensamos.
