La ciudad de Bombay, en La India, está siendo el epicentro de un suceso completamente paranormal: se está llenando de perros completamente teñidos de color azul.
La mayoría de la población y turistas que paseaban por la zona no comprendían todo lo que estaban viendo. Pero era real: los perros tenían pelaje con un tono azul brillante que nadie podía explicar.
¿Quién se había dedicado a teñir a las pobres mascotas? ¿Con qué fin? ¿Estábamos viendo un suceso más propio de 'Cuarto Milenio' que de situaciones cotidianas? Nada de eso: los pobres canes habían sido víctimas de un vertido contaminante.
Al parecer, alguna empresa se había dedicado a verter en el río demasiados residuos tóxicos, de forma que habían contaminado el agua con unos niveles de cloruro mucho más altos de lo permitido, tal y como señala el diario Hindustan Times.
Este hecho provoca numerosos daños en la vegetación, la vida acuática y la vida silvestre; en definitiva: todo un desastre medioambiental que, como siempre, pagan los menos culpables.
Y es que la zona cuenta con unas 1.000 fábricas en las que se emplean todo tipo de químicos. El problema, según las organizaciones humanitarias, se encuentra en que los perros buscan comida en los márgenes del río. Y entre la contaminación del agua y la polución en el ambiente... su piel no se vio en su mejor momento.
Las organizaciones ecologistas han pedido medidas para luchar de una vez en contra de toda esta catástrofe medioambiental: "Hemos encontrado a unos cinco perros con este problema y hemos solicitado a la junta de control de contaminación que actúe contra las empresas que vierten tóxicos al río", ha asegurado uno de los portavoces de estas asociaciones.
Junto al problema de los perros, se une la fuerte contaminación con la que cuenta el agua y que promete destruir todo un ecosistema en muy poco tiempo. Un peligro que aún se puede revertir y que sólo cuenta con un culpable: el ser humano.