Los efectos secundarios de los medicamentos son una preocupación constante para los pacientes que casi siempre suelen ser negativos, como por ejemplo vómitos, somnolencia o reacciones alérgicas. Sin embargo, hay una excepción que ha pasado desapercibida durante 23 años.
Según advertía una nota publicada en New Socientist en septiembre de 1995, la gente podría tener orgasmos al bostezar. Sin embargo, esta publicación se escribió 12 años después de que la revista médica The Canadian Journal of Psychiatry hubiese publicado el artículo que lo afirmaba bajo el título "Efectos secundarios anuales de la clomipramina relacionados con el bostezo". El fármaco mencionado pertenece al grupo de los antidepresivos tricíclicos y está indicado en el tratamiento de la depresión, fobias, crisis de angustia, síndromes obsesivos y algunos tipos de narcolepsia.
Durante todos estos años, la investigación había pasado desapercibida para la gran mayoría, al menos fuera del ámbito académico. Debido, también, a que en esos años internet era muy diferente a como es ahora que todo se puede hacer viral gracias las redes sociales o a los foros.
Los casos
Los científicos e investigadores canadienses conocieron algunos de los casos y por esto llevaron a cabo la investigación que finalmente se publicó en The Canadian Journal of Psychiatry. El primer caso, es el de una mujer que por depresión se le recetó el fármaco. Tres meses después, el psiquiatra constató que había mejorado y por tanto ponía fin al tratamiento, sin embargo la paciente preguntó si podría seguir tomándolo. Finalmente, confesó que el medicamento le provocaba orgasmos al bostezar.
La clomipramina tenía estos efectos en ambos sexos. Otro de los cuatro casos era el de un hombre que afirmó que tenía que ir con un preservativo siempre encima porque al principio tuvo que vivir situaciones "embarazosas y violentas", según sus propias palabras.
Estos efectos secundarios solo se llegaron a manifestar en cuatro pacientes, ya que según explicaron los especialistas en ese momento el fármaco realmente produce disfunción eréctil en un 20% de los pacientes y la anorgasmia o dificultad para eyacular hasta para el 40%.