La vida sexual de los hombres podría verse gravemente afectada por una enfermedad rara y que se encuentra reconocida oficialmente. Fue descubierta en 2002 por el neurocientífico holandés Marcel Waldinger y supuso un punto de inflexión para todos aquellos que la habían padecido sin encontrar una explicación clara.
Se trata de un síndrome de enfermedad postorgásmica conocida como POIS por sus siglas en inglés. Tras la eyaculación masculina, comienzan las consecuencias de haber llegado al clímax más placentero de la vida humana. Fiebre, congestión nasal, escozor de ojos, escalofríos... síntomas asociados directamente con las gripes habituales. La mayoría había desconocido hasta ahora que se trataba de una dolencia médica y achacaban estos indicios a una gripe común.
Una vida sexual marcada
Eyacular y llegar al clímax es una necesidad básica de todos los seres humanos. El placer que supone la masturbación o tener sexo con otras personas mejora la calidad de vida y reduce el estrés causado por el trabajo u otros problemas cotidianos. Sin embargo, algunos hombres podrían ver peligrosamente afectada su estabilidad emocional por culpa de una enfermedad rara que está reconocida por el Instituto Nacional de Investigación de Enfermedades Raras de Estados Unidos (EEUU).
Pese a que ya hay conocimiento de ella, muchos no asocian estos síntomas posteyaculación al POIS. Creen que simplemente no se abrigaron lo suficiente, que el aire acondicionado estaba más elevado de lo normal o que fueron víctimas de un tiempo inestable e invernal. Probablemente existan más casos de los registrados debido al desconocimiento o la vergüenza que le podría suponer reconocer que está padeciendo estas afecciones justo después de eyacular.
Un estudio de la Universidad de Tulane (Louisiana, EEUU) ha llegado a la conclusión de que se están descubriendo cada vez más situaciones de POIS. Incluso se ha revelado un caso en una mujer tras haber estado en contacto con los fluidos del semen. Los efectos de esta rara enfermedad pueden notarse inmediatamente después de expulsar el esperma del interior del aparato reproductor masculino o pueden aparecer horas más tarde. Lo peor de todo es que estas dolencias pueden permanecer hasta una semana.
Desde su descubrimiento en 2002, se han sucedido varios experimentos para conocer más detalles sobre esta enfermedad y lograr en un futuro no muy lejano una cura. Con respecto a un posible tratamiento que erradique estas dolencias, existen posibilidades altas de estar cerca de este objetivo. Dos hombres que sufren este horroroso trastorno han sido inyectados con una muestra de semen y han asegurado que estos síntomas se habían ido reduciendo de manera paulatina en los meses posteriores.
Asimismo, los médicos también les recetan medicamentos más habituales y propios de una gripe común. Vitaminas o parches de testosterona así como eliminar los lácteos de la dieta son varios de los tratamientos que se utilizan para combatir la POIS. Otros afectados optan por reducir o abstenerse de tener relaciones sexuales o masturbarse. Sin embargo, esta última no parece ser la solución adecuada, ya que podría ser peor el remedio que la enfermedad. Eyacular es algo básico que todos los seres humanos tendrían que poder disfrutar sin ningún tipo de problema.
De momento, existe una plataforma donde todos los afectados pueden compartir sus experiencias. Se trata del foro POIS Center, un espacio que tiene como objetivo hacer visible esta enfermedad y que se hable de ella sin ningún tipo de tabú. Cuanto más se conozca sobre la dolencia -hay documentados más de 250 casos en los últimos años- más rápido se podrá alcanzar una cura y, sobre todo, este proceso se vería acelerado por la presión de la sociedad y la ciencia. Para lograrlo es necesario que exista compromiso por parte de las instituciones públicas.