Siete seminaristas han sido expulsados de un bar en Cardiff, Reino Unido, por una razón que ninguno de ellos hubiera imaginado en ningún momento.
En cuanto entraron, se sentaron y se dispusieron a pedir. Cuando el camarero se acercó a ellos, en vez de tomarles nota, decidió expulsarlos educadamente. Casi sin mediar palabra, les invitó a coger la puerta y marcharse.
Cuando ellos finalmente se disponían a abandonar el local, el dueño les espetó lo siguiente: "Lo siento, señores, aquí no admitimos a personas disfrazadas ni despedidas de soltero", recoge The Telegraph.
Tal y como relata el padre Michael Doyle, implicado en la situación inesperada, el motivo real por el que habían acudido al local se basaba en que querían celebrar la ordenación como sacerdote de uno de ellos. Por eso, decidieron ir a uno de los bares favoritos del grupo.
Al final, cuando ya estaban a punto de despedirse, el gerente del local les dijo: "¿Va en serio lo del traje? ¿En serio sois curas?" Ellos respondieron que sí y la situación se volvió algo complicada para los dueños.
Por ello, cuando finalmente comprobaron su verdadera identidad, el local no tuvo otra alternativa que pronunciar un 'lo siento, me he equivocado, no volverá a ocurrir' en toda regla: "No es algo que ves todos los días. Que un grupo de curas entren a beber en tu bar".
Sin embargo, tras pedir las disculpas correspondientes, el dueño se ha mostrado dispuestos a que vuelvan siempre que quieran: "No pasa nada, serán siempre bienvenidos cuando quieran volver". Una historia que, al menos, terminó con final feliz.