Por mucho que pase el tiempo y que la sexualidad se disfrute de una forma más libre, hay cosas que no cambian, como algunas expresiones para referirse a algunas prácticas. Entre las más extendidas se encuentra "echar un polvo", que utilizan tanto jóvenes como mayores para referirse a acostarse con alguien.
Utilizamos "echar un polvo" sin pararnos a pensar de dónde viene esta expresión. ¿Qué tiene que ver el polvo con el sexo? Eso mismo s ha preguntado la usuaria de Twitter @ABCdarias, que ha expuesto que podría tener su origen en la aristocracia española de los siglos XVIII y XIX.
Según el texto que aporta la tuitera, proviene del rape, forma bajo la que se consumía el tabaco hace más de 200 años. Se trataba de un tabaco muy triturado y y aromatizado que se esnifaba. Al inhalarlo, sus consumidores no podían evitar estornudar de forma violenta, por lo que el consumo de rape no era algo especialmente elegante.
¿Que por qué se dice "echar un polvo"? Leed, leed... pic.twitter.com/jR1SG3LY1p
— ABCdaria (@ABCdarias) November 3, 2016
Para mantener el decoro, los varones que consumían rape, para no estornudar delante de las damas, salían discretamente a "echar un polvo", como se empezó a llamar a esta práctica. En esta costumbre social algunos encontraron una oportunidad para mantener disimuladamente encuentros sexuales. Y del uso se saltó al abuso y "echar un polvo" pasó a utilizarse para follar.
Ya en escritos de finales del siglo XIX, como la ola de teatro 'Don Juan Notorio: burdel en cinco actos y 2000 escándalos', se ha referencia en varias ocasiones al "polvo" como sinónimo de coito. Incluso en 1906, en el diccionario de argot español de Luis Besset, encontramos cómo la definición de "cohabitar" incluye la descripción "echar un flete, una vaina, un polvo", y de ahí utilizarían definiciones similares otros diccionarios posteriores.
Otra hipótesis
Existe, no obstante, otra hipótesis, como la que propone Gabriel Laguna. Para este estudioso, "echar un polvo" remite a la fórmula litúrgica "Memento homo, quia pulvis es, et in pulverem reverteris" (Recuerda hombre, que eres polvo, y que al polvo regresarás). Vaya, que aquello de "del polvo venimos y en polvo nos convertiremos" haría referencia al polvo que echaron nuestros padres para engendrarnos.