Al menos diez personas entre las que se encuentran varios niños, habrían muerto este lunes tras la explosión de un vagón de metro en la ciudad de San Petersburgo. El suceso, que además ha dejado un total de 50 heridos, ha provocado una intensa humareda y daños en uno de los vagones del metro afectado, según la agencia rusa de información RIA, que apuntó en un principio a dos detonaciones, aunque finalmente se ha confirmado solo una. Según ha relatado una fuente a la agencia TASS, la explosión se ha producido en la estación de Sennaya Ploshad. Los servicios de Emergencias han atendido a varias personas afectadas por el humo de las explosiones. Por el momento y por motivos evidentes de seguridad, varias estaciones del suburbano permanecen clausuradas hasta que se aclare la situación.
Las imágenes capturadas en el lugar de los hechos dan buena muestra de la fuerte explosión registrada.
La explosión se habría producido por un artefacto explosivo, por lo que no sería accidental, aunque aún nadie ha reivindicado los hechos.
Por el momento permanecen tres estaciones cerradas y dos evacuada. Algunos de los testigos han calificado la situación de "infierno" bajo la tierra. Precisamente el presidente ruso, Vladimir Putin, se encuentra este lunes en la ciudad para reunirse con su homólogo bielorruso, Aleksander Lukashenko, por lo que este hecho podría haber estado relacionado con el ataque.
Toda la red del suburbano ha sido clausurada y la población evacuada de las instalaciones por motivos de seguridad. Aunque se desconocen las causas, el uso de un artefacto explosivo con metralla apunta a la posibilidad de un ataque terrorista, algo a lo que también ha querido hacer mención el presidente ruso, Vladimir Putin.
Mientras tanto, continúa la investigación en el lugar de los hechos para esclarecer todas las circunstancias de este ataque.