En el hospital. Así acabaron unos estudiantes de la universidad de Northumbria, en Reino Unido, tras ingerir, sin darse cuenta, una cantidad de cafeína equivalente a 300 tazas. El error de cálculo, según relata el diario 'ABC', le ha salido caro a la institución: hasta 460.000 euros en indemnizaciones.
Alex Rosetto y Luke Parkin seguro que no guardan muy buen recuerdo de lo sucedido. Al parecer estaban investigando con los efectos de la cafeína en el deporte... y claro, se pasaron de la raya. Ambos consumieron hasta 30,7 y 32 gramos, respectivamente, cuando la cifra que deberían haber tomado era de 0,3 gramos. Es decir, consumieron 107 veces la cantidad de cafeína que es recomendable.
El subidón que ambos experimentaron "pudo ser fatal", según ha asegurado el fiscal Adam Farrer, todo ello como consecuencia de que el centro "no tomase las medidas suficientes para asegurarse de que su personal sabía como manejar".
Al parecer, los estudiantes se vieron obligados a medir las dosis con la calculadora del teléfono móvil y, mientras realizaban dicho cálculo, se equivocaron a la hora de escribir los decimales. Como la universidad no había establecido protocolo alguno, no pudo corregir de ninguna manera la situación.
Uno de los afectados ha estado ingresado dos días por el efecto de las sustancias e incluso ha llegado a perder 10 kilos de peso. Toda una dieta.
Mientras tanto la universidad se ha limitado a pedir disculpas y a asegurar que tiene "énfasis en el bienestar de sus estudiantes y trabajadores". Cualquiera lo diría. Mientras tanto, pueden vigilar sus cuentas. Junto a las indemnizaciones, tendrán que pagar otros 30.700 euros por las costas del juicio. Un café muy caro.
Unos efectos muy peligrosos
La experiencia que han experimentado estos dos alumnos es, cuanto menos, desagradable y peligrosa. Los efectos de una sobredosis de cafeína incluyen, entre otros, cambios en la lucidez mental, convulsiones, dificultad respiratoria, fiebre, alucionaciones o vómitos. Pero lo más importante de todo, una sobredosis de cafeína puede ser mortal. Seguro que Alex Rosetto y Luke Parkin no vuelven a ver a esta sustancia con los mismos ojos.