El 19 de septiembre de 1990, los vecinos de la localidad manchega de Almansa (Albacete), asistieron al entierro de una niña de tan solo 11 años. Se trataba de Rosa Gonzálvez, sometida a un ritual de espiritismo por su propia madre.
La mujer era ya conocida por sus allegados como 'Rosa, la curandera', pero no actuó sola, sino que en el crimen participaron además la tía de la joven, Ana María Gonzálvez, y dos vecinas, María Mercedes y María Ángeles Rodríguez. Esta última, según declaró su marido días más tarde para el medio La Tribuna, "parecía obsesionada con el ocultismo".
Además, el hombre reveló que la mujer había encerrado a sus propios hijos en una habitación con la intención de realizar las mismas prácticas espirituales tan solo dos días antes del asesinato de Rosa. "A mi mujer la inició Rosa Gonzálvez Fito en la cosa de la curandería hace cuatro meses", explicó el esposo de una de las implicadas.
Los hechos ocurrieron la madrugada del día 18 de septiembre, cuando los vecinos de la calle Valencia alertaron a la policía de los fuertes gritos que procedían del piso número 4. La escena que se encontraron las autoridades fue estremecedora: la pequeña Rosa había muerto desangrada y las tres detenidas fueron acusadas de provocar su muerte por tratar de someter a la menor a un exorcismo. El padre de la víctima, por su parte, permanecía encerrado en una de las habitaciones de la vivienda.
"Embarazada del demonio" o "la espada del mal"
Los resultados de la autopsia fueron, si cabe, aún más escalofriantes. Y es que el juez confirmó que a Rosa le habían extraído los intestinos por la vagina y su muerte se había producido tras sufrir un choque hipovolémico.
Fuentes de la investigación revelaron más tarde que las mujeres creían que la joven estaba "embarazada del demonio" y practicaron el oscurantismo para extraerle el feto. Sin embargo, los informes médicos descartaron que la fallecida se encontrara en periodo de gestación.
Pero, ¿qué ocurrió con las culpables? Dos años después, el 22 de enero de 1992, la Audiencia Provincial de Albacete celebró el juicio contra tres de las mujeres investigadas. En él, la propia María Mercedes relató que la noche de los hechos entraron al dormitorio de Rosa y atrancaron la puerta. Después, tumbaron a la niña en la cama y comenzaron a "romper estampitas, clavar agujas en un muñeco y orinar en el suelo", según el testimonio de una de las vecina de la víctima que participó en el ritual. Además, esta afirmó que la madre de la fallecida aseguraba que la pequeña Rosa tenía dentro "la espada del mal".
Las tres mujeres fueron absueltas
Las declaraciones de 'Rosa, la curandera' fueron igualmente sorprendentes. La mujer afirmó que su hija estaba embarazada de Satanás, por lo que sujetaron a la niña entre todas las mujeres y le abrieron las piernas, ante los gritos de la niña, que pedía que pararan.
Por un lado, las conclusiones del informe forense determinaron que la muerte había sido violenta y que com el 'shock' hipovolémico no fue inmediato, la pequeña tuvo, en un principio, la capacidad de defenderse.
Pero fueron los resultados del análisis psiquiátrico realizado a las acusadas las pruebas que realmente determinaron el curso del caso. Los acusados problemas mentales que las tres manifestaron y el estado psicótico agudo con enajenación mental que se les atribuyó a la hora de cometer el crimen, hicieron que tanto el fiscal como la defensa solicitaran su absolución. Finalmente, las tres mujeres fueron consideradas inimputables y el Ministerio Público solicitó que todas ellas fueran internadas de forma indefinida en un centro psiquiátrico.