Gonzalo Benavides, descubridor, productor y manager del famoso dúo español Ella Baila Sola, formado por Marta Botía y Marilia Andrés, ha hablado por primera vez de los motivos de su separación hace 20 años. En un momento en el que las chicas anuncian una gira de reencuentro, el exmanager quiere aclarar los rumores de por qué tomaron caminos separados.
Muchos de sus seguidores ya especulaban sobre la enemistad que había entre Marta y Marilia, y así lo ha confirmado Benavides en una entrevista para Vanity Fair. Llegó un momento en el que todo era "un tema de ego y de pasta", explica el manager. "Yo siempre les dije que Marta componía mejor y Marilia cantaba mejor.
Un grupo diferente
El dúo saltó a la fama en 1996, cuando grabaron su primer tema, 'Lo echamos a suertes', que se convirtió en un éxito en España y Latinoamérica. A raíz de esta canción lanzaron su primer disco, donde se reunieron temas como 'Cuando los sapos bailen flamenco' o 'Amores de barra'.
Benavides cuenta cómo fue el proceso de proyectar una buena imagen de las chicas y que no perdieran su esencia. "La compañía quería lanzarlas como las nuevas Azúcar Moreno, porque eran unas chicas guapísimas, jóvenes y con unas tetas... pero yo insistí en que no iban a bailar, que había que sacarlas sentadas en una banqueta cada vez que aparecieran en televisión, que iban a dar esa imagen de estudiantes, de chicas que tocan en El Retiro. Era mucho más auténtica", explica en la entrevista.
El principio de los problemas
Pronto comenzaron las rivalidades. "El primer día las críticas aplaudieron a Marilia, dijeron que se movía por el escenario como una cantante de rock experimentada. Pero de Marta apenas hablaban", cuenta el manager. "Las reuní a las dos y dije 'Marta, tú eres el 50% de Ella Baila Sola y tienes que salir al escenario a sudar la camiseta, a que se te oiga y a que se te vea. No puedes salir ahí como una seta a tocar la guitarra sin que se te vea. Venga tía, que llevamos 40.000 discos vendidos y vienen las Navidades'".
Marilia no se tomó bien esto y le contestó a Benavides: "¿Y tú por qué le tienes que decir a ella nada? ¿Si yo sudo la camiseta por qué ella tiene que ser igual?". Aquello fue el principio de los problemas con Marilia. "No me podía creer el cambio que dio, fue impresionante", cuenta el productor.
Mientras que Gonzalo Benavides quería que las dos mantuvieran su imagen de "chicas sencillas", tanto Marta como Marilia siempre querían quedar una por encima de otra. "Si una se ponía plataformas la otra se ponía tres veces más", recuerda. "Empezaron a competir por ser la más alta, la más guapa. Y el sujetador más".
Rivalidad constante
También encima de los escenarios y platós se podía palpar la tensión. "Ellas querían que en la tele las sacasen el mismo número de planos a cada una. Así que yo me metía con el realizador y le decía 'por favor, enfócalas a las dos por igual', pero él me respondía que era imposible porque una sudaba como un pollo y la otra tenía una carita preciosa".
"Mi trabajo consistía en apagar fuegos constantemente. Marilia siempre pensó que yo estaba de parte de Marta, cuando yo solo intentaba que a Marta no se la comieran", explica el manager. Ya en la etapa final del dúo, ni siquiera interactuaban entre ellas. Hasta la portada del álbum fue un montaje porque no quisieron posar juntas.
"Todo por separado. Todo. Aquello fue terrible", confiesa Gonzalo Benavides. "No me hacían ni puto caso. Marta me escuchaba un poco más, Marilia nada. Un horror. Llegó un momento en el que Marta me dijo que lo dejaba porque no podía más y me pidió que le produjese su disco en solitario".
Reunidas en una nueva gira
Aunque ahora, 20 años después de que se separaran en 2001, el exmanager espera que sus actitudes hayan cambiado. "Yo creo que ahora no les va a ocurrir eso, son más mayores, tienen 46 o 47 años. Los egos vienen siempre por inseguridades, porque quieres proteger lo tuyo". Benavides reconoce que ha sido una buena idea que cada una haya contratado a un manager por separado, aunque le apena que no hayan contado con él.
"Yo habría hecho su vuelta de otra manera, más parecida a como empezaron, con conciertos en teatros y auditorios. Eso les daría credibilidad. Eso haría que la gente pensase que se han juntado porque les apetecía volver a tocar juntas. Pero juntarse para ir al Starlite de Marbella por 30.000 euros... pues no, eso no se hace así. Hay que hacer las cosas con el corazón. La gente en redes sociales está diciendo que solo se han juntado por la pasta", critica Gonzalo Benavides.