Los niños con éxito académico son más propensos a beber alcohol y fumar cannabis en su adolescencia que sus semejantes con peores resultados académicos. Este es el resultado extraido de un estudio llevado a cabo por investigadores de la UCL con más de 6.000 jóvenes en Inglaterra y publicado recientemente en BMJ Open . Aunque los resultados pueden sonar sorprendentes, no deberían serlo. El hallazgo es de hecho compatible con la investigación anterior que mostró una relación entre el CI superior del niño y el uso en la adolescencia de una amplia gama de drogas ilegales.
James Williams y Gareth Hagger-Johnson, directores de la investigación, clasificaron a sus participantes según sus clasificaciones basados en su historial a los 11 años en inglés, matemáticas y ciencias. Una vez en la adolescencia, los participantes de alta capacidad eran dos veces más propensos a beber alcohol regularmente y fumar cannabis. La probabilidad de que su uso continuara persistentemente fue casi el doble que la de sus compañeros de menor habilidad.
Estos nuevos resultados son evidencia del Estudio de Cohorte Británico de 1970 que ha seguido a más de 16.000 bebés nacidos en abril de 1970 desde el nacimiento hasta la actualidad. Un análisis publicado en 2011 de los miembros elegibles de esta cohorte encontró que los altos puntajes de CI a los diez años estaban relacionados con el consumo de cannabis a los dieciséis, así como el consumo cannabis, cocaína, anfetamina y éxtasis a los treinta años de edad.
Cabe destacar que este patrón se mantiene después de tener en cuenta la clase social, los ingresos y la educación de los padres y los niveles de angustia psicológica de los niños durante la adolescencia y su ventaja socioeconómica posterior en los adultos, aunque es difícil descartar el papel que estos factores pueden haber desempeñado.
Explicaciones a este fenómeno
Estos estudios sólo muestran correlaciones y no nos dicen por qué existen los patrones. Una posible explicación es que los niños inteligentes tienen un mayor deseo de novedad y estimulación. Durante mucho tiempo se ha sabido que la inteligencia se correlaciona con la apertura a nuevas experiencia. Así, bien podría ser que las mismas fuerzas que motivan a las personas inteligentes a aprender sobre su entorno también las motiven a usar las drogas.
Una explicación alternativa presentada por los investigadores detrás del estudio de cohortes 2011 es que los niños inteligentes a menudo se sienten estigmatizados por sus compañeros. Tal vez, mayores niveles de consumo de drogas y alcohol podría ser una estrategia de afrontar esta intimidación.
Otra explicación es que los niños y adultos inteligentes y bien educados pueden ser más propensos a reconocer que los riesgos de consumir drogas y alcohol son a menudo ampliamente exagerados. Varios estudios han encontrado niveles muy altos de uso de drogas entre los médicos y estudiantes de medicina, quienes deberían tener una mejor comprensión de los verdaderos riesgos del uso de drogas que el resto de la población.
Eduación sobre las drogas
La nueva investigación añade más peso al argumento de que los programas de educación sobre drogas probablemente serían más beneficiosos si fueran más educativos y basados en evidencias. Esto podría incluir un énfasis en los mayores riesgos para el desarrollo de cerebros a partir del consumo de drogas y alcohol a una edad temprana, así como asesoramiento en la reducción de los daños para que los jóvenes que optan por consumir drogas están mejor preparados para hacerlo con seguridad.
Para medir el éxito de las estrategias de educación sobre drogas puede usarse la tasa de daño causado como resultado del consumo de drogas y alcohol. Mientras que el consumo de drogas en el Reino Unido ha disminuido en los últimos años, el número de muertes por drogas ha aumentado, en gran medida por opiáceos. La evidencia combinada sugiere la necesidad de dar un paso atrás y evaluar la efectividad, los impactos a largo plazo y los posibles efectos secundarios no deseados de las estrategias existentes para guiar la educación de los niños.