Una exintegrante de las Pussycat Dolls ha denunciado a través de Twitter cómo fue su terrible experiencia durante los años que formó parte de la banda que se hizo tan popular a comienzos de los años 2000.
Kaya Jones formó parte de la agrupación entre el 2003 y el 2005, cuando solo tenía 19 años. Doce años después de abandonar a las Pussycat Dolls, la cantante ha publicado una cadena de tuits en las que asegura que el grupo funcionaba más como una "red de prostitición" que como un "grupo musical". Ha reconocido, además, que había sufrido abusos sexuales en reiteradas ocasiones
My truth.I wasn't in a girl group. I was in a prostitution ring.Oh & we happened to sing & be famous. While everyone who owned us made the $
— KAYA (@KayaJones) October 13, 2017
I want the den mother from hell to confess why another 1 of her girl group girls committed suicide?Tell the public how you mentally broke us
— KAYA (@KayaJones) October 13, 2017
How bad was it?people ask-bad enough that I walked away from my dreams,bandmates&a 13 million dollar record deal.We knew we were going to#1
— KAYA (@KayaJones) October 13, 2017
The children you messed with that survived the abuse, we are adults now.Are you ready old ones to fight?Cause you all are looking mighty old
— KAYA (@KayaJones) October 13, 2017
To be apart of the team you must be a team player.Meaning sleep with whoever they say.If you dont they have nothing on you to leverage
— KAYA (@KayaJones) October 13, 2017
Yes I said leverage. Meaning after they turn you out or get you hooked on drugs they use it against you.Correct.Victimizing the victim again
— KAYA (@KayaJones) October 13, 2017
Tried to silence us,made us stronger.Tried to drug us,but we were wide awake.Tried to blacklist us,but fans followed.We arent kids anymore
— KAYA (@KayaJones) October 13, 2017
Jones, que hoy tiene 33 años, sostiene que tanto managers como ejecutivos se aprovecharon de los chicas que integraron las Pussycat Dolls, cuyo único sueño era cantar y hacerse famosas. A cambio de eso, denuncia, sus jefes las obligaban a acostarse con algunos hombres y aceptar prácticamente todo.
Debido a la juventud de las chicas, muchas acabaron destruidas, como la propia Jones, que finalmente decidió abandonar "sus sueños, a sus compañeras de banda y un contrato de grabación valorado en 13 millones de dólares". La presión y los abusos acabaron forzando su marcha.
"Trataron de silenciarnos"
Entre los detalles que revela a través de sus mensajes, explica que además se "victimizaba a las víctimas" cuando usaban contra ellas la prostitución o la adicción a las drogas, ambas prácticas en las que habían sido introducidas por sus propios managers: "Lo usaban contra ti".
"Trataron de silenciarnos, pero nos hicimos más fuertes. Intentaron drogarnos, pero estuvimos más lúcidas. Intentaron ponernos en la lista negra, per los fans nos siguieron. Ya no somos niñas", sentencia Jones.