El Ejecutivo de Pedro Sánchez exhumará los restos del dictador Francisco Franco el próximo jueves 24 de octubre de 2019, aunque inicialmente se tratara de hacerlo entre el lunes 21 y martes 22. Desde que el Supremo aprobara sacar sus restos del Valle de los Caídos, han sido muchos, especialmente sus simpatizantes y familiares, los que han criticado la decisión y han intentado negociar hasta el último minuto las condiciones en las que se haría y el lugar al que el dictador iría a parar.
Un proceso que ha estado dando quebraderos de cabeza a la justicia española durante algo más de tres meses y que por fin se va a hacer realidad. Esperemos que sin ningún contratiempo, pese a los intentos de la familia.
El evento tendrá lugar a las 10:30 horas con la principal supervisión de la ministra de Justicia en funciones, Dolores Delgado, quien hará las veces de notaria mayor del Reino, figura de presente obligación al igual ocurriera en el entierro hace 44 años. Le acompañará el subsecretario de la Presidencia, Antonio Hidalgo, y el secretario General de la Presidencia del Gobierno, Félix Bolaños.
Por otro lado, estarán los familiares del militar y las fuerzas de seguridad, aunque será la empresa Mármoles y Granitos Hermanos Verdugo Jiménez S.L. la que se encargue de levantar la losa bajo la que descansan los restos del jefe de Estado español entre 1939 y 1975. El primero que verá en qué estado se encuentra el cuerpo, previsiblemente "momificado" según su embalsamador Antonio Piga, será un trabajador de la funeraria, el gallego-dominicano Humberto Sepúlveda. Está nervioso y asegura que tanto a él como a la empresa le comen los nervios: "Hombre es que, de alguna forma, sientes que vas a hacer historia". "Hasta que no abras, no sabes lo que vas a encontrar", apuntaba ante el diario El Español, por la posibilidad de que hubiera que cambiarlo de féretro, según el estado en el que se encuentre el cuerpo.
¿Quiénes estarán allí?
Sus familiares se enteraron de la fecha exacta después de que el Gobierno hiciera llegar una notificación a su abogado Utrera Molina. Después de muchos anuncios aplazados, así como sendos intentos por llevar todo el proceso a su terreno, los familares tendrán que acatar lo dictado por los magistrados del Alto Tribunal, que hasta la tarde del 22 de octubre intentaron frenar el acceso a la basílica el jueves con un recurso de reposición contra la providencia del Supremo que otorga todo derecho de exhumar a Franco debido al carácter legítimo de su sentencia. Finalmente estarán allí 22 familiares y descendientes del caudillo, entre ellos nietos, cónyuges y bisnietos, que serán previamente trasladados al lugar.
En cuanto a las autoridades que acudirán para salvaguardar la seguridad de los asistentes y del propio féretro, así como los encargados de velar por la regularidad del proceso, estará la Delegación de Gobierno y Patrimonio Nacional y del Estado. Por su lado, La Guardia Civil, la Policía Nacional y el grupo 45 del Ejército del Aire montarán un operativo acorde, que permita evitar ningún contratiempo. En último lugar, el evento también contará con los representantes de Iber Funerarias, la empresa contratada para realizar las labores de exhumación, de la que forma parte Humberto.
Otro de los puntos que han sido puestos en tela de juicio y han sido objeto de polémica, muy comentado en redes sociales y medios de comunicación, es el coste que acarreará la tarea. El Gobierno no ha podido adelantar una cuantía exacta de lo que al Estado español tendrá que pagar, ya que aseguran que se determinará una vez finalice el operativo. Sin embargo, confirman que en cualquier caso no superará los 63.061,40 euros.
¿Cómo se trasladarán los restos?
La exhumación del gallego ha levantado todo tipo de asperezas, especialmente desde que se confirmara que finalmente se llevaría a cabo y el Valle de los Caídos tendría que cerrar durante unos días para realizar los preparativos, hecho que ha impedido a los feligreses asistir a misa en sus instalaciones y que ha movilizado a decenas de personas a protestar a sus pies. El lugar lleva protegido por guardias civiles desde principios del mes de octubre y la seguridad que se pretende desplegar es máxima. Pedro Sánchez y su Gobierno quieren evitar a toda costa que nadie grabe imágenes del momento dentro del lugar, por lo que nadie podrá usar allí su teléfono móvil. Un detector de metales y un escaner intentará evitar que alguien pueda acceder con estos dispositivos. De hecho, la Guardia Civil lleva días en busca de cualquier cámara o grabadora que pudiera haber sido instalada en el basílica. Serán Radio Televisión Española, junto a la Agencia EFE, los medios de comunicación que difundan imágenes de todo lo que acontezca allí.
En el momento preciso de la retirada del ataúd, la ministra Delgado y dos familiares del ferrolés, uno de ellos será su nieto Cristobal Martínez-Bordiu, estarán bajo una carpa que será instalada para conseguir la máxima privacidad posible. Posteriormente serán los familiares que acudan los que finalmente llevarán la caja funeraria a hombros desde el presbiterio hasta un coche, que se encargará de llevarlo al helicóptero que lo trasladará al cementerio de El Pardo Mingorrubio. El Gobierno y las autoridades han decidido hacerlo así, a través de los cielos madrileños, para evitar un despliegue mayor de agentes y asegurar al máximo la protección de los restos, aunque habrá que ver si las condiciones meteorológicas lo permiten y la lluvia, la nieve o el viento no frenan esta medida. Sin embargo, no se permitirán honores, ni insignias ni banderas españolas. Dentro de la aeronave de 18 metros de largo, conocida como Super Puma, viajará la ministra, acompañada de alguna autoridad, y su nieto Francis Franco. Dos helicópteros y dos coches fúnebres de emergencia se pondrán a su disposición si algo sale mal y alguno de los vehículos no responde.
En principio, será uno de los guardias civiles que estuvieron presentes en Cataluña el 1 de octubre de 2017 el que dirigirá el helicóptero hacia el cementerio madrileño donde se instalarán de nuevo los restos recién exhumados. Lo hará Diego Pérez de los Cobos, hijo de un dirigente de Fuerza Nueva, que fue seleccionado por el teniente general Laurentino Ceña, tras la petición expresa del Gobierno de diseñar un plan de vuelo.
Mingorrubio, preparado para recibir al general
El cementario de El Pardo Mingorrubio fue el lugar elegido por el Supremo para inhumar de nuevo los restos mortales del dictador español. Sin embargo, y pese a que inicialmente la Fundación Francisco Franco ha intentado convocar allí una concentración con motivo de la cita, la precaución en torno a la seguridad de las autoridades y el propio féretro vuelve a ser extrema, por lo que finalmente la Delegación del Gobierno en Madrid ha denegado su celebración. Una vez el helicópetero tome tierra, 22 familiares podrán acceder al lugar, donde el hijo del coronel Antonio Tejero, Ramón Tejero, ofrecerá una misa en honor al caudillo. Si bien a su salida de la basílica se han prohibido todo tipo de honores, el Gobierno es incapaz de precisar con exactitud qué ocurrirá en el lugar donde el dictador descansará a partir de ahora.
El féretro será introducido en el panteón familiar, donde también descansa su esposa, Carmen Polo; su hija, Carmen Franco; su mano derecha, Luis Carrero Blanco; el exministro Pedro Nieto; y el expresidente del Gobierno, Carlos Arias Navarro, que regaló este camposanto a la familia Franco en los años sesenta. Este lugar es ahora propiedad del Estado, ya que forma parte de Patrimonio Nacional. La familia Franco desestimó la propuesta de comprar el panteón por 44 años, tras una concesión administrativa ofrecida por el Gobierno.
