La reina Letizia siempre cuida cada uno de los detalles que muestra ante la prensa y a los fotografos durante los eventos y actos a los que tiene que asistir en representación de la Casa Real, ya sea con o sin el rey Felipe VI. Lo cierto es que su estilismo nunca pasa desapercibido y es ampliamente comentado en la prensa del corazón y sus foros. La reina consorte de España es algo más que una it girl al cuadrado, pues sin redes sociales en las que mostrar su perfil más íntimo y mediático, siempre marca tendencia con cada vestido y accesorio que luce.
Entre complemento y complemento, se encontraría, por ejemplo, aquel anillo que durante el año 2017 enseñó constantemente allá donde iba. Si bien, muchas de las prendas de su armario y accesorios de su joyero proceden de diseñadores de gran renombre en las esferas de la alta costura y moda española, de otros muchos no se tiene ni la más mínima idea. A ella le gusta ser única y elmisterio que guardan sus outfits ya forman parte de la marca personal de la asturiana.
En este caso, toca hablar de una joya que siempre ha rondado las mentes de aquellos que son aférrimos a analizar todos y cada uno de los elementos que porta: se trata de una tiara de la firma Carrera y Carrera. Letizia, que recibió la alhaja como un regalo concedido por la marca, ha guardado la tiara en su joyero durante muchos años.
No hay constancia de que la haya lucido desde que en 2004, antes de su boda con el que en aquel entonces era príncipe de Asturias. La joyería le cedió este accesorio a la ex presentadora de Televisión Española con el objetivo de mostrarla en aquellos compromisos institucionales de carácter público en los que fuera requerida su presencia. Tras 15 años, eso no ha ocurrido y no será por las infinitas ocasiones en las que podría haberlo hecho.
Un regalo de sus dueños, ahora en quiebra
La tiara de Carrera y Carrera, bañada en oro amarillo y de estilo bandeau con 25 diamantes en la parte superior, 5 perlas y un motivo floral formando una filigrana, fue un regalo realizado especialmente a la actual consorte española por parte de sus dueños.
Aunque no la haya portado Letizia, sí que formó parte de los accesorios top de la historiadora Miriam Ungría, viuda de Kardam de Bulgaria, que por aquel entonces formaba parte del departamento creativo de la firma. Uno de los momentos en los que su presencia destacó por la notable diadema fue en el concierto previo a la boda de Federico y Mary de Dinamarca, celebrada en mayo de 2004, poco antes que el enlace nupcial de los actuales reyes de España.
Según asegura El Confidencial, su intención de hablar con Carrera y Carrera se desvaneció al conocer de que la joyería había entrado en quiebra hace algún tiempo, por lo que aseguran no haber podido dar con el paradero de los que eran sus responables. En la actualidad se encuentra en una situación crítica, que podría atravesar la liquidación por no haber podido hacer frente al concurso de acreedores en 2018. Una firma con casi un siglo y medio de historia que fue un referente para miembros de casas reales, especialmente durante la década de los 60, pues fue muy del gusto de Fabiola de Bélgica a partir de un engaño que el dictador Francisco Franco también sufrió.
La hermana más controvertida y popular de las Ortiz Rocasolano también fue obsequiada con más accesorios como regalo de bodas. Asimismo, el diseñador Maxim Voznesensky le envió un tradicional pero elegante huevo de Pascua, muy populares en su Rusia natal, como motivo principal de un colgante. Estaba insipirado en las creaciones de su compatriota Fabergé. También conto con la cortesía de la diputación de Cáceres y los ayuntamientos de Palma de Mallorca y Salamanca, que obsequiaron a la madre de las infantas Leonor y Sofía con adornos de lujo que tampoco ha lucido hasta la fecha.