El terrorismo islámico nos ofrece a diario noticias e imágenes totalmente desoladoras, que están poniéndonos a todos contra todos mientras que estos grupos totalitarios avanzan. ¿Cómo puede estar ocurriendo esto en el mundo? ¿Se puede parar? Bien, pues en medio de este panorama tan negativo, a veces vemos pequeños rayos de sol, como la historia de Jesse Morton, un antiguo miembro de Al-Qaeda que se dedicaba a reclutar jóvenes por medio de un portal de Internet, que emitió amenazas de muerte de manera pública, y que ahora lucha contra esa doctrina que él mismo profesaba.
Después de haber cumplido tres años y nueve meses de prisión y haber sido informante del FBI, Jesse Morton ha sido contratado para investigar el extremismo islámico en el Centro para Ciberseguridad y Seguridad Nacional de la institución de la Universidad George Washington. Una medida que, si bien en Reino Unido ha sido puesta en marcha en varias ocasiones, donde exmiembros de grupos terroristas de este tipo se han convertido en aliados para la investigación contra la ideología radical, en Estados Unidos es la primera vez que ocurre.
Por ser algo inédito y porque estamos hablando de países y contextos diferentes, no son pocas las voces indignadas en el país norteamericano. Las redes sociales explotaban al conocer esta noticia, indignados porque una persona que perteneció a un grupo terrorista tenga ahora un puesto importante en una Universidad. Voces que quizá piensen que en vez que entender las raíces de este fenómeno, saber cómo se desarrolla y cómo se puede combatir su expansión, a bombardeos se acaba con el terrorismo.
Cómo el terrorismo islámico recluta y radicaliza jóvenes
Morton era uno de los líderes de la web Revolution Muslim, un portal de Internet que Al-Qaeda utilizaba para reclutar jóvenes y que inspiró, según las fuerzas policiales americanas, diversos actos de terrorismo. Este exmiembro de la banda terrorista explicaba así cómo atraían a estos chicos y chicas: "Cuando ves que se meten a la página de manera consistente, realmente no necesitas llevarlos al final del proceso. Lo que debes hacer es centrarte en sus agravios personales, haciéndoles creer que pueden contribuir a una causa más grande. Esto se hace a través de la ideología porque el Islam puede enmarcarse en una manera que es increíblemente revolucionaria". Afirmaba que, bajo esta ideología, el Islam es totalmente inflexible y que solo Dios puede marcar las reglas. Eso, y el hecho de que solo podían deber lealtad a musulmanes 'de verdad', les hacía a los jóvenes ser altamente influenciables.
En 2010 los creadores de 'South Park' recibieron amenazas de muerte de un discípulo de Morton por haber presentado al profeta Mahoma disfrazado en un capítulo, incluso publicaron en Internet la dirección de los humoristas. Al año siguiente, Morton fue detenido y sentenciado a once años de prisión, de los que cumplió tres por empezar a ser informante del FBI.
Cómo Jesse Morton abandonó las ideas extremistas del yihadismo
Fue en el marco de su detención y cautiverio durante el cual el ahora exterrorista empezó a dudar de todas sus creencias. Según sus declaraciones recogidas por The New York Times, cuando le detuvieron se aferró a una copia del Corán hasta que se la quitaron. Le sorprendió que uno de los agentes del FBI, mientras era transportado en avión, le quitó la venda que le habían puesto en los ojos y le devolvió el libro. Más adelante, durante su estancia en prisión, conocería a una oficial que, en lugar de "demonizarlo", lo trataba con respeto y le hizo ver que el gobierno estadounidense no era malvado.
Mientras estuvo en aislamiento a Morton se le permitía visitar una biblioteca, en la que empezó a leer a escritores y filósofos occidentales, entre ellos Locke y su 'Carta a la intolerancia', en la que escribía que la fe no debía de transmitirse por medio de la violencia. Con el tiempo, Jesse Morton empezó a darse cuenta de los monstruos que había estado creando y el dolor que había causado. Dice que no espera reparar ese daño, pero que al menos puede intentarlo.
Para poder ser contratado en la Universidad George Washington Jesse Morton fue ampliamente investigado para ver si se podía confiar en él. Parece que todos los implicados en este proceso aceptaron de manera unánime: no tienen duda de que será un activo muy importante en la lucha contra el terrorismo.