Benidorm (Comunidad Valenciana). Apenas han transcurrido poco más de dos meses desde que Eurovisión 2021 coronara a los italianos Maneskin como ganadores del certamen, consiguiendo de esta forma la primera victoria para el país mediterráneo en 30 años, y Radio Televisión Española (RTVE), que sumó un nuevo infortunio a su palmarés, ya se encuentra perfilando, para sorpresa de fans y medios de comunicación, cómo seleccionará a su próximo abanderado en el certamen musical europeo. La cuenta atrás ha empezado.
Si bien aún no está de todo claro si el festival tendrá lugar en Milán, Bolonia o Turín –según los medios de comunicación italianos, son las ciudades que más opciones tienen de llevarse el gato al agua por su completa infraestructura- Benidorm, localidad multicultural donde las haya y punto de encuentro de los europeos más tradicionales, que cada año ansían visitar las costas españolas en busca de sol y agua, acogerá un nuevo formato para tal cometido, propuesta a la que el nuevo presidente de la Corporación, Jose Manuel Pérez Tornero, y Ximo Puig, presidente de la Generalitat Valenciana, dieron forma en un encuentro casual. Así lo han confirmado ambos, junto a Antonio Pérez Pérez, alcalde de la localidad levantina, en una reunión ante los medios de comunicación en el citado emplazamiento alicantino, que daba comienzo alrededor de las doce del mediodía.
El evento también ha contado con María Eizaguirre, directora de Comunicación de RTVE, como maestra de ceremonias; y Amalia Martínez de Velasco, directora de Contenidos de la cadena pública, quien ha adelantado los detalles en torno a la organización y puesta a punto del certamen, que busca reunir al talento joven español, con la perfecta unión de artistas consagrados y nuevas promesas, en tres galas que tendrán lugar, presumiblemente, en el mes de enero 2022. No obstante, la directiva también ha puesto énfasis en la importancia de que Eurovisión sea una prioridad desde el momento en el que finaliza en mayo, por lo que el proceso empezará de forma inminente y próximamente se darán a conocer más detalles, entre ellos, la selección de las canciones.
Una marca para los más jóvenes,
Por ahora, y según hemos podido preguntar en la rueda de prensa, el nombre del programa está en paradero desconocido, no obstante, la cadena ha confirmado su intención de que perdure a lo largo de los años, estableciendo un modelo fijo, a imagen y semejanza de otros países europeos. En esta primera edición, contará con dos semifinales y una gran final, a lo largo de tres noches consecutivas. Un movimiento bastante inteligente por parte de la Corporación, para lograr conectar con un público que cada año ha ido desencantándose con la gestión de la candidatura española.
Fuentes cercanas a Los Replicantes afirman que estas tres galas podrían desarrollarse en las noches del viernes, sábado y domingo. La intención no es otra que ganar en mayo, mes en el que se celebra el certamen, propósito que también han identificado,o al menos así se ha intuido, con el año y medio tan complicado al que la población española ha hecho frente desde el inicio de la pandemia, bajo el pretexto de la unión de las personas a través de la música.
A mediados del mes de julio, en pleno verano, RTVE desconcertaba a propios y ajenos convocando a la prensa a una presentación en Benidorm que ha conseguido formar mucho revuelo en redes sociales desde entonces. ¿La razón? La pública no acostumbra a dar ningún tipo de información sobre su participación en el eurofestival hasta bien entrado el otoño. El cambio en la hoja de ruta de la Corporación desde la salida de Rosa María Mateo y la llegada del nuevo Gobierno tiene algo que ver, empezando por el nuevo cargo de la que hasta ahora ocupaba la jefatura de delegación española en Eurovisión, Ana María Bordas, quien recientemente ha asumido la dirección de Entretenimiento, en reemplazo de Toñi Prieto.
¿Volvería a resurgir el Festival de Benidorm? ¿Conseguiría España dar con la tecla y poner rumbo a Italia con un proyecto firme y consistente? La respuesta, aún inconclusa, ha empezado a ver la luz cuando Pérez Tornero firmaba el acuerdo de la pública con la Generalitat autonómica y el Gobierno local, ante una soleada playa de Poniente como escenario principal del encuentro y la impresionante actuación de la cantante, Ruth Lorenzo que se mostraba más agradecida que nunca por esta firme apuesta musical. Cabe destacar que Lorenzo fue la última representante española en hacerse un hueco entre los 10 primeros clasificados de Eurovisión, hace ya la friolera de siete años.
"De Benidorm a Eurovisión", ¿una apuesta ganadora?
Eurovisión 2021 hizo historia, no solo por haberse celebrado exitosamente bajo el marco de una pandemia mundial como la que acontece, sino por haber convertido a sus ganadores en un fenómeno viral que traspasa la pantalla y va más allá de una canción. Tanto que hasta la hitmaker australiana Tones and I quiere postularse para el año que viene como candidata de su país, por no hablar del británico Ed Sheeran, que afirmó que cada año ve el festival con una copita de más, bromeando con su incursión como candidato inglés. La realidad de todo esto es que Eurovisión está más vivo que nunca entre un público juvenil que demanda contenidos multiplataforma, en cualquier momento y cualquier lugar. El concurso sigue interesando y su elevada audiencia social, además de la lineal, le permite posicionarse como un evento anual que, a lo largo de casi 70 años, ha sabido reinventarse como fiel reflejo de las tendencias musicales del continente, además de muchas otras.
España volvió a perecer en Eurovisión una vez más con la candidatura del murciano Blas Cantó y su 'Voy a quedarme', en un momento en el que las generaciones que siguen asiduamente el festival lograron conectar con la vuelta del rock, de forma transgresora, y dejaron a un lado las baladas clásicas de Francia o Suiza, que quedaron relegadas al segundo y tercer lugar de la clasificación. La necesidad de encontrar un equipo de trabajo, que según ha confirmado la cadena se dará a conocer en las próximas semanas, encargado de dar con una canción actual, que represente la realidad de la industria musical del país -habitualmente frecuentada por los ritmos latinos y urbanos de artistas como Lola Índigo, Sebastián Yatra, J Balvin o Ana Mena- cobra ahora más sentido que nunca si queremos aspirar a salir de la hecatombe en la que nosotros mismos nos hemos metido. Ni más ni menos, pues tenemos que dejar de echar balones fuera.
La propia Eizaguirre destacaba durante el encuentro las caras de nostalgia de muchos de los asistentes al visualizar el repaso histórico al cancionero eurovisivo español que Conchita Bautista inauguró en 1961. Un repaso por los altos, medios y bajos tiempos de España en Eurovisión en los que hemos visto, literalmente, de todo. Eso sí, sin un rumbo fijo. En los últimos años nos ha faltado pasión y cantera, y también mucha constancia y ambición. A este certamen no se puede acudir a jugar, probar suerte, o a cumplir el expediente. Quien lo hace, ya sabe donde acaba. Tampoco sabemos si un revitalizado Festival de Benidorm es la solución al permanente infortunio español en Eurovisión, desde luego, Benidorm no es que sea el mejor de los referentes, pese a los grandes éxitos que salieron del formato creado en 1959 a partir de Sanremo.
El objetivo: ganar Eurovisión como "el mayor evento de música de Europa", impulsar el talento joven, catapultar música, voces y canciones, y que Benidorm sea el punto de encuentro anual para la promoción de la ciudad y de la música española a nivel nacional e internacional.
El presidente de la Generalitat Valencia, Ximo Puig, asegura que la región está trabajando con RTVE para que Benidorm sea un punto de encuentro "de lo que más necesitamos ahora: música, Europa y diversidad". Además, añade que serán "buenas noticias para la reactivación emocional y turística de la Comunitat Valenciana".
El ente patrio tiene mucho que aprender, especialmente sin haber logrado clasificarse entre los cinco mejores desde el año 1995. ¿La fórmula? La desconocemos, sin embargo, un lavado de imagen con un formato permanente en el tiempo, que cada edición se adapte a los gustos y exigencias de la cambiante industria musical y audiovisual es un must que tendrán en cuenta, según ha confirmado Martínez de Velasco, Países como Suecia, con su transgresor Melodifestivalen; o Italia, con el clásico Festival de Sanremo, lo llevan haciendo toda una vida. Para RTVE, Sanremo ha sido, con total seguridad, un referente a seguir en este camino, y seguirá siéndolo. No obstante, existe una fina y delgada línea que no deben permitirse traspasar, en no permitir que esta nueva emisión naufrague como ocurrió con su predecesora en 2006 tras décadas de éxito. Europa lo sabe y está pendiente de la realidad musical que España exporta al resto del planeta, como lo están en tantas otras disciplinas.
A la pregunta del contenido que formará parte de las tres emisiones, Amalia no ha querido lanzar balones fuera y ha preferido mostrarse cauta, asegurando que irá en línea con lo que podemos ver cada año en los formatos europeos de preselección, aunque sin aclarar si intentará ir más allá de las meras actuaciones participantes.
Eurovisión Junior, aún en la parrilla
La victoria de Francia en la pasada edición del Festival de Eurovisión Junior ya había evidenciado que para los países del conocido BIG 5, el grupo de los grandes de Eurovisión, aún no está todo perdido. France Télévisions confirmó durante la celebración de Eurovisión 2021 en Róterdam (Países Bajos) que las pequeñas estrellas del continente se darán cita en su capital, París, el próximo 19 de diciembre.
La Seine Musicale, un espacio multiusos que habitualmente acoge conciertos y eventos musicales dentro de sus paredes, será el lugar en el que la cadena francesa levante el concurso, aunque la lista final de países participantes no está cerrada o. Lo que sí está confirmado es la participación de RTVE, que pese a que volverá a seleccionar internamente a su representante, no descarta cambiar de rumbo en próximas ediciones. Especialmente, tras los magníficos resultados cosechados por el pasado, y los más recientes, de la mano de Melani García y Soleá.