No corren buenos tiempos para los eventos públicos de entretenimiento. El auge de la tercera ola de la Covid-19, unido a los estragos causados por la nueva cepa británica, hacen que todos esos brotes verdes esperados para la primavera vayan a tener que atrasarse ligeramente. Luego de la suspensión de Glastonbury, y la duda del gobierno japonés con los Juegos Olímpicos de Tokio, el Festival de Eurovisión es otro de los focos que todavía están en el aire de cara al mes de mayo.
Garantizando desde el primer momento las fechas para la semana del 18 de mayo, la duda reside en el posible escenario donde se celebre el festival, abarcando la UER opciones desde la de celebrar el festival a plena normalidad (algo improbable a día de hoy), hasta realizarlo de manera telemática, tal y como se realizó el pasado Festival de Eurovisión Junior. Por el momento, parece que la horquilla entre una opción B, donde conviva público con distancia social y medidas de seguridad, y una C, donde el festival se realice pero sin público, parecen las más coherentes.
Si bien la UER avisó de que entre finales de enero y principios de febrero tendría una decisión firme acerca del escenario para celebrar el festival, esta misma semana el ente europeo ha vuelto a atrasar la fumata blanca. En palabras de su supervisor ejecutivo, Sietse Bakker, "la prioridad es traer a todos los artistas y delegaciones", y si no hubiera otra opción, "el festival debe celebrarse sin público''. Ante tanta incertidumbre, Bakker indica que será a mediados de abril cuando se tome una decisión definitiva, estando expectantes tanto del ritmo de vacunación en Europa así como del avance de la tercera ola de la pandemia.
¿Una Eurovisión de figurantes?
Antes del festival de Eurovisión se celebrarán en toda Europa diferentes finales nacionales organizadas por las diferentes televisiones públicas europeas. En prácticamente todas, la iniciativa ha sido la de realizarlas sin público en sus gradas. Eventos como el Melodifestivalen sueco o el Melodi Grand Prix lo tuvieron claro desde el principio, mientras que de TVE desconocemos aún el método de celebración de la preselección de canciones para Blas Cantó, la que presumiblemente tampoco contará con público en sus gradas.
El único oasis con público en Europa lo viviremos (en principio) con el Festival de Sanremo italiano en el mes de marzo, el que contará con unos 380 figurantes en la grada, encargados de dar color a la cita de la RAI en la platea del Teatro Ariston. Bajo todos los controles de seguridad y prácticamente en burbuja como los participantes, a ojos de la televisión tendremos público, aunque realmente sean seleccionados uno a uno y bajo controles sanitarios al día.
Le domande giuste e le risposte nero su bianco che fanno chiarezza una volta per tutte su cosa accadrà a #Sanremo2021. Pubblico (380 figuranti), nave (ipotesi al vaglio), giornalisti (tamponati ci saranno) e no a eventi esterni in Piazza Colombo. Più chiaro di così si muore. https://t.co/exg1p7crsA
— Andrea Conti (@IlContiAndrea) January 23, 2021
¿Será esta una solución para Eurovisión? Desde luego dejando la decisión a un mes vista, parece harto complejo que seguidores de toda Europa se congreguen en Róterdam, dejando el asunto para fans y ciudadanos neerlandeses. Sea como sea el tiempo aprieta, y de momento, tocará esperar un poco más.