Estonia es uno de los países que más destacan por su final nacional. Año tras año, el 'Eesti Laul' es reconocida como una de las preselecciones más valientes, que más estilos musicales alberga, y cuya decisión siempre se suele salir de los estándares eurovisivos.
Sin embargo, no todos los años puede suceder algo así, y después de un buen octavo puesto en Lisboa con Elina Nechayeva y 'La Forza', en esta ocasión los estonios han apostado por una canción pop bien compuesta y producida, pero que saldrá a pelear contra unas pocas del mismo perfil sin apenas diferenciación.
El sueco Victor Crone ha sido finalmente seleccionado para esta edición. Los más fanáticos del 'Melodifestivalen' lo recordarán por haber intentado representar a su país natal en 2015, donde se presentara junto al rapero Behgrang Miri, sin conseguir siquiera un billete para el Andra Chansen aquel año.
Ahora, cuatro años más tarde, el sueño eurovisivo le llega a Crone, superando el nada fácil 'Eesti Laul'. Estonia, que se repuso de dos años sin pisar la final no sin polémica (tanto 'Play' en 2016 como 'Verona 'en 2017 contaban con posibilidades de llegar al sábado), buscará su segunda final consecutiva, este año partiendo en el pelotón de países en Tel Aviv.
Stig Rästa pone la canción
La parte estonia de la canción cae en manos de la composición. Y es que el autor de 'Storm' no es otro que Stig Rästa, que ya acudió al festival en el año 2015 junto a Elina Born y 'Goodbye to Yesterday', un tema también de su composición. Aquel año en Viena cosecharon un séptimo puesto, un gran resultado que contrarresta con la segunda canción que mandaría Rästa como compositor.
Y es que en 2016 también se hizo cargo de la composición de 'Play', la apuesta estonia para Estocolmo en voz de Juri Pootsmann. En esta ocasión, los estonios se quedarían en la semifinal. Ahora viene el tercer intento.
'Storm', en cuanto a letra, es otra canción de superación que recalca que la vida es un cúmulo de subidas y bajadas. A través de la metáfora de esa tormenta que todos aguantamos alguna vez y de la que terminamos saliendo indemnes, los estonios se suman al carro de canciones de superación personal en Tel Aviv, junto a otros países como Lituania o Dinamarca.
Por último respecto a Stig Rästa, será curioso observar como Tel Aviv supondrá su segunda aparición eurovisiva, ya que no solo estará junto a Victor Crone en la greenroom sino que le hará los coros en el escenario.
Radiable y pegadiza
Entonces, ¿Qué aporta este 'Storm' a Eurovisión 2019? De partida, poco nuevo. Hay que agradecer que desde la misma final del 'Eesti Laul' tuviera la canción un concepto escénico cerrado a través de la lluvia y la tormenta, así como una producción ceñida a los tres minutos de duración y los estándares eurovisivos. Pero lo cierto es que Estonia lleva a Israel una canción que puedes oír, que se te puede pegar, pero que no te sorprende para levantar el teléfono y apostar por ellos.
Ante todo esto, su acogida en el mundo eurofan y en las apuestas de pago ha sido un tanto fría. Encuadrados en la primera semifinal, partir de la, a priori, semifinal menos fuerte puede ser un punto a favor suyo, teniendo como gran rival a la Finlandia de Darude y Sebastian Rejman.
¿Conseguirán pasar a la final? Podríamos poner las mismas opciones en la balanza al sí que al no. No sería una sorpresa ni carecería de nivel para estar el sábado, pero tampoco sería una pérdida muy notoria si no lo está, a la espera siempre de ver la propuesta escénica que lleven al Centro de Convenciones de Tel Aviv. Este año Estonia, ni frío ni calor.
VALORACIÓN: Normal, demasiado normal (15/25)
Si algo nos ha enseñado el Festival de Eurovisión los últimos años es que hay que diferenciarse con las propuestas si se busca éxito. En apenas tres minutos, convencer a cualquiera que está al otro lado de la televisión para que te vote es una quimera, y por ello, no tienes siempre que llevar una mala canción para cosechar un mal resultado.
Algo así le puede pasar a Estonia en Tel Aviv. Nadie podrá decir que este 'Storm' es una mala canción, pero sí una apuesta que va a cumplir y que puede diluirse en el certamen. Con un tema que pueda sonar en radios y que tenga un directo decente no se pueden alcanzar grandes cotas en el festival, y aunque las cosas cambien de un día para otro, lo cierto es que mirar hacia arriba a día de hoy no es posible para los estonios. El directo lo determinará todo.
