De siempre, cada Festival de Eurovisión ha tenido que tener una canción de claro toque positivo. Bien cantándole al amor, a lo bello que es vivir, o a la simple fiesta, edición tras edición siempre hay mínimo un tema de estos que escuchas y te levanta el ánimo al momento.
Consigo, para canciones así la barrera del idioma puede ser un problema. Por norma general, será el inglés el protagonista de estas canciones, siendo Reino Unido paradójicamente uno de los países con más canciones de este estilo. A bote pronto, nombres como los de Cliff Richards o los Bucks Fizz son buenos ejemplos de canciones felices procedentes de las islas.
En este año, sin embargo, el máximo exponente de esa canción lo trae Dinamarca y la vencedora de su 'Melodi Grand Prix', Leonora Jepsen. Los daneses, que luego de dos años sin clasificarse a la final llevan otros dos donde le han encontrado el pulso al festival, eligieron a la cantante y patinadora profesional Leonora Jepsen (llegó a ser campeona de patinaje artístico en Dinamaca) y su canción 'Love is Forever', la que combina cuatro idiomas: inglés, francés, alemán y danés. Con un 42% de los votos en la final, sin ser la gran favorita se ganó su billete a Tel Aviv.
¿Le valdrá toda esa razón de positivismo a los daneses para alcanzar la final? Es momento de analizarlo conforme a varios factores.
Vuelve el danés
Desde que la UER levantara la prohibición de cantar en una lengua que no fuera la nativa en Eurovisión, el inglés lo ha impregnado absolutamente todo. Hay países que directamente se han olvidado de su lengua propia, y a diferencia de España, donde desde el lío que se formó con Barei y su 'Say Yay' en inglés, dudamos mucho que vuelvan a otra lengua que no sea el castellano, para muchas delegaciones es lo más cómodo.
Y es que recibir canciones en inglés es algo tremendamente fácil. En el mundo eurovisivo, es el pan de cada día tener a compositores de cabecera que escriben y componen para cualquier delegación, casi siempre con canciones en inglés o aptas para una traducción. Así, muchos países que ni hablan el inglés apenas, se conforman con la lengua de Shakespeare por comodidad.
En el caso danés, hace 21 años que no cantaban en danés. La última ocasión sería en 1997 con Kølig Kaj y su 'Stemmen i mit liv'. Aquel año la televisión danesa acabaría en decimosexta posición en una Eurovisión sin semifinales aún. Desde entonces, el inglés lo coparía todo, hasta este 2019 donde Leonora, a través de la canción de Lise Crabble, han decidido añadir una estrofa en danés, la que se suma a otras en alemán, francés e inglés siendo la canción con más idiomas de la cita de Tel Aviv.
Una puesta en escena depurada
Otro de los factores positivos de este 'Love is forever' es que ya vimos en su final nacional que la puesta en escena está pensada. Siempre con la duda de si es factible mantenerla para Tel Aviv, o si la televisión pública danesa buscará cambios, Leonora se presentó en el 'Melodi Grand Prix' con una puesta en escena sencilla pero atractiva.
Acompañado de dos coristas a sus lados, y ella siempre sentada, partiendo de un primer plano la escena se iría abriendo hasta poder ver como estaba sentada encima de una silla enorme de gran altura, de donde le colgaban los pies. Jugando con las cámaras más que con la propia escenografía, la propuesta dejaba interés en la escena hasta el final, acompañándolo todo de mucha luz y colores pastel acordes con la canción.
Entre un mar de propuestas donde año tras año se apuesta por la oscuridad y la poca luz, ofrecer luminosidad y sencillez debe ser uno de los factores a explotar de una Dinamarca que se lo jugará todo al carisma a cámara de Leonora y al mensaje de la canción, que si bien no es profundo puede representar a todos los que se sienten enfrente de la televisión en mayo.
VALORACIÓN: Un buen pack (16/25)
En resumen, la canción danesa tiene dos grandes puntos positivos para Tel Aviv: ser pegadiza y apenas tener rival en su estilo. Si bien hay países como San Marino o República Checa que también han apostado por ese rollo más positivo, lo cierto es que este 'Love is forever' es único en su especie en Tel Aviv, encontrándose paradójicamente más de una canción pesadumbrosa y triste pero pocas felices en la lucha por el micrófono de cristal.
Partiendo de la segunda semifinal, a priori la más dura, la presencia de Dinamarca en la final es toda una incógnita. Situándose en torno al puesto veinte en las casas de apuestas, en principio debería tener una de esas diez plazas del jueves, pero todo puede pasar. De nuevo Dinamarca ha hecho un buen trabajo y trae una nota positiva a Israel.