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Ciencia

La desconocida ETS que podría ser imposible de tratar

Los casos suelen ser mínimos y se confunden con la clamidia, aunque su tratamiento es otro.

Redacción

24 Julio 2018 13:39

La Mycoplasma genitalium es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) muy poco conocida por la sociedad. Y no se trata de una situación única: incluso los médicos no suelen tener fiel conocimiento de esta infección porque no suelen ver estos casos en sus consultas. Sin embargo, según un grupo de médicos de Reino Unido, esta ETS se debe tener muy en cuenta porque es muy resistente al tratamiento con antibióticos. 

Los síntomas son muy similares a los de la clamidia y de hecho suelen confundirla con esta ETS o con la gonorrea. Una de las bacterias que entraña mayor problema, ya que se ha convertido en una 'superbacteria' porque es resistente a casi todos los antibióticos. A pesar de ello, el tratamiento de la Mycoplasma genitalium es diferente.

Mycoplasma genitalium

Su existencia se descubrió en 1981 y los expertos aseguran que suele afectar tanto a hombres como a mujeres, aunque en España la prevalencia es mayor en hombres, ya que representa un 6% del total de las ETS que padecen los varones y un 0'98% de las que sufren las mujeres. 

Los anticonceptivos de barrera son claves para evitar las ETS
"Los anticonceptivos de barrera son claves para evitar las ETS"

Si esta bacteria no se trata de forma adecuada puede ascender por el cuello del útero y acabar en cervicitis o en enfermedad inflamatoria pélvica, infección de los órganos reproductores femeninos que puede llegar a provocar infertilidad. Asimismo, puede producir uretritis, proctitis y faringitis en ambos sexos. Es decir, quien presente esta bacteria puede tener dolor al orinar, en los testículos, al caminar, mientras mantiene relaciones sexuales o tener el flujo vaginal con un fuerte olor, sangrados anormales o un enrojecimiento en la zona. 

Métodos para evitar su contagio

La transmisión se produce por contacto sexual y suele presentarse en la uretra y los genitales, aunque también puede encontrarse en el ano o en la garganta. Tal y como se recomienda para evitar la aparición de otras ETS, se debe hacer uso de anticonceptivos de barrera -preservativo tanto masculino como femenino o el diafragma- y evitar las prácticas de riesgo. Además, se debe acudir al médico y tratarse con antibióticos del grupo de la teracilina o fluorquinolonas. 

El diagnóstico del origen de la infección suele ser tardío porque el resultado de los cultivos se demoran bastante en el tiempo y porque la clamidia se puede presentar de manera simuntánea, así como otros microorganismos.  

Por otro lado, también existe el Mycoplasma pneumoniae, que suele ser mucho más frecuente que la Mycoplasma genitalium y que se transmite a través de los aerosoles produciendo infección respiratoria, aunque su solución es efectiva y no se corre ningún riesgo. 

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