La nutrición es una ciencia en continuo descubrimiento, donde se va revelando los efectos a largo plazo que puede tener la alimentación en una persona, tanto positivos como negativos. Un estudio reciente, publicado en la revista científica The Nutrients y liderado por la Unidad de Nutrición y Cáncer, perteneciente al Instituto Catalán de Oncología y el Instituto de Investigación de Bellvitge, ha descubierto cierta relación directa entre el consumo de bebidas azucaradas con el aumento de desarrollar cáncer.
Si bien es cierto que, de forma excepcional, no hay problema con tomarse algún refresco, convertirlo en un hábito cotidiano puede ser perjudicial. Por una parte, a corto plazo puede perturbar los horarios de sueño, sentir hinchazón y malestar en el estómago; pero luego, a largo plazo, puede derivar en que aumente el riesgo de desarrollar cáncer de próstata, mama, colon o páncreas. Estos resultados surgen de un total de 67 estudios de observación desde junio de 2020 y donde, además de los refrescos azucarados, incluirían a los zumos de frutas y las bebidas light.
Si las futuras investigaciones corroboran la hipótesis, los zumos de fruta podrían aumentar el riesgo en las mismas zonas detectadas para los refrescos, mientras que las bebidas light solo se asocian a un mayor riesgo de cáncer de páncreas. Por lo tanto, se apoyan a las recomendaciones de vigilar el consumo de azúcares en exceso para prevenir cualquier tipo de enfermedad o padecimiento físico. Según asegura el jefe del proyecto, Raül Zamora-Ros, es más recomendable sustituirlas por "agua potable e infusiones sin azúcar como principal fuente líquida para la hidratación corporal".
Vigilar el consumo de azúcares, pero no eliminarlos totalmente
En cuanto a comerse las frutas enteras en lugar de hacerse zumos con ellas para evitar el consumo de azúcares, muchos sectores dentro del mundo de la nutrición se oponen a ello. Si bien es cierto que al hacerse, por ejemplo, un zumo de naranja el resultado tendrá más azúcares, rechazar zumos por miedo a padecer cáncer puede derivar en conductas de riesgo. En otras palabras, para que un zumo derivase en cáncer deberían darse muchísimos factores, e igualmente es una posibilidad muy remota y aún sin confirmarse, por lo que no se pueden rechazar ciertos alimentos por ello. Esto es lo que sostienen las personas que trabajan en la nutrición desde la perspectiva de la salud mental, lo que se denomina una alimentación intuitiva.
Este estudio habla de riesgos como la diabetes, el estrés oxidativo o la obesidad. En general, mantener una alimentación sana ayuda a mantener una salud mental y física estable, por lo cual debe tenerse cuidado con el consumo de azúcares en exceso para evitar diversos tipos de enfermedades, pero sin eliminarlos totalmente de la dieta. Una vez al año no hace daño (ni con más frecuencia).