Si ya es difícil resistirnos a la tentación de atiborrarnos a las patatas fritas del McDonald's, unos científicos del departamento de biogenética de la Yokohama National University nos lo han puesto todavía más difícil. Resulta que, según sus investigaciones, las patatas de la franquicia norteamericana pueden curar la calvicie. Pero, antes de correr al McDonald's más cercano para lograr por arte de magia un pelo frondoso, sigue leyendo, que la noticia tiene trampa.
Los científicos han descubierto que el dimetilpolisiloxano, una sustancia derivada de la silicona, sirve para recuperar el pelo. El experimento, realizado con ratones, ha sido un éxito. No solo ha logrado la creación de nuevos folículos capilares, sino que también nacieron nuevas células que permitieron la rápida expansión de estos folículos.
La sorpresa vino cuando se reveló en dicho estudio que el dimetilpolisiloxano forma parte de los más de 20 'ingredientes secretos' de las patatas fritas del McDonald's. En vez de afectar a su reputación, la investigación ha dado todavía más publicidad a la marca. ¿A quién le importa comer un compuesto químico si este puede ayudar a no despedirse de un buen tupé? Pues bien, vengo a daros una mala noticia: las patatas fritas no van a conseguir que recuperes el pelo de antaño.
¿Frenar la calvicie o riesgo para la salud?
La viralización de la noticia manipulada ha creado un bulo por el que parece que teníamos la solución a la calvicie en nuestras manos sin habernos dado cuenta. Pero el nivel del dimetilpolisiloxano en las patatas fritas del McDonald's es mínimo, y de forma indirecta.
Este compuesto se utiliza, en realidad, para el aceite de la freidora en el que van las patatas. El motivo es evitar que salte el aceite a los trabajadores mientras las preparan. Es decir, que el dimetilpolisiloxano se emplea para la seguridad del personal, y el porcentaje que le llega a las patatas es ínfimo.
Y menos mal, porque los riesgos de consumir esta sustancia son muy elevados. Entre ellos, el de tener problemas renales y hepáticos, así como desarrollar nuevas alergias, como señala La Vanguardia. Además, no es exclusivo del McDonald's, puesto que otros productos como cafés o zumos lo integran para conservarse en buen estado más tiempo. En estos casos, es posible que no lo veamos con el nombre de 'dimetilpolisiloxano', sino camuflado con el término 'E900'. Mismo perro con distinto collar.
Mientras, el bulo sigue corriendo como la espuma, con el silencio del McDonald's, claro. La situación ha llegado a un nivel en el que los propios científicos han tenido que desmentir la relación: "Me han llegado numerosos comentarios online preguntando que cuántas patatas fritas hay que comerse para que el pelo crezca", admite sorprendido el profesor Junji Fukuda, director de la investigación. "Me siento mal por la gente que piensa que comer este producto puede lograr algo así".