Un estudio publicado en la revista Sex Roles afirma que uno de los condicionantes por los que los hombres no se preocupan más por el medio ambiente y su cuidado es el temor a que se cuestione su orientación sexual. ¿El motivo? Desde que el mundo es mundo y el patriarcado ha hecho de las suyas, los cuidados y la preocupación por bienestar de los demás se relacionan de forma inmediata con la feminidad y las mujeres.
Así lo muestran los resultados de un estudio previo realizado en 2016 que pretendía medir los valores asociados al ecologismo. La investigación solicitó a 960 participantes que evaluaran la actitud "femenina" o "masculina" de ciertos personajes ficticios, en función de las actividades medioambientales que realizaban, tales como reciclar o utilizar bolsas reutilizables.
Los resultados, si bien no fueron sorprendentes, resultaron esclarecedores: La mayoría de participantes asociaron las actitudes 'eco-friendly' con personajes femeninos. Sin embargo, cuando se informó a los usuarios de que se trataba de hombres, se les pidió que evaluaran su orientación sexual basada en una escala de 10 puntos desde la heterosexualidad a la homosexualidad.
Partiendo de la idea errónea que relaciona la homosexualidad con la ausencia de masculinidad, los personajes obtuvieron en su mayoría puntuaciones muy altas en la escala. Se pone así de manifiesto esa relación implícita en la sociedad entre conciencia medioambiental y la 'feminidad'.
La masculinidad, más frágil que nunca
Ahora, y partiendo de estos resultados, el profesor de la Universidad de Pensylvania, Janet K. Swim ha publicado una nueva investigación que afirma que los hombres no adoptan una actitud ecologista por miedo a los estereotipos.
De este modo, si un hombre considera importante demostrar su heterosexualidad de forma constante para reafirmar su 'masculinidad', rehuirá de todos esos comportamientos que han sido asociados con las mujeres. La preocupación por los demás, la sensibilidad y los cuidados son una parte fundamental de todo individuo y, sin embargo, únicamente se atribuye a las mujeres.
Por ello, para que un hombre pueda ir a hacer la compra con una bolsa ecológica, o simplemente ir a hacer la compra, sin que tema por su frágil masculinidad, es importante romper con los roles de género y los estereotipos. Los moldes, sin embargo, no se rompen solos.
Quizás sea hora de dejar de lado los prejuicios y comenzar a preocuparse por una contaminación que crece sin freno. Los mensajes de las Naciones Unidas hablan por sí solos: Tenemos solo 11 años para prevenir los estragos del cambio climático antes de que sean irreversibles. Eso sí, la responsabilidad es de todos.
