¿Eres más de carne o de pescado? La eterna pregunta para conocer las inclinaciones sexuales de uno. Parece que el mundo está dividido entre heterosexualidad y homosexualidad, aunque poco a poco se van conociendo y respetando otras formas de expresar nuestra sexualidad e identidad de género.
Es evidente que vivimos en un mundo heteronormativo donde las relaciones entre personas de diferente sexo rigen los cánones y la educación de la sociedad dando como resultado una terrible LGTBIfobia que solo se puede combatir con unos valores basados en la diversidad. Más allá de este tema, que daría para otros muchos artículos y reflexiones, un nuevo estudio parece poner en duda esa heterosexualidad predominante.
La heterosexualidad no existe. O al menos esa es la conclusión a la que llega una investigación publicada en el Journal of Personality and Social Psychology. Los expertos contaron con cientos de participantes de ambos sexos para llevar a cabo el estudio, para lo que les mostraron diferentes tipos de material pornográfico con el objetivo de analizar sus respuestas a nivel fisiológico.
Entre las reacciones que más llamó la atención fue ver cómo los participantes demostraban deseo sexual a través de la dilatación de sus pupilas viendo cómo personas de su mismo sexo mantenían relaciones sexuales. "La dilatación de las pupilas no se puede controlar y es una manera de analizar las tendencias sexuales", ha señalado Ritch Savin-Williams, autor del estudio, a Broadly.
Stop convecionalismos sociales
Según Savin-Williams, el objetivo era "descubrir cómo es la gente en realidad". "A veces hay personas que son de una manera y sienten que tienen que dar cuentas y presentarse de otra manera al resto del mundo, y eso no es bueno", ha explicado confesando que no le han sorprendido los resultados de la investigación.
Esta situación se debe, principalmente, a la cantidad de convencionalismos sociales que imperan hoy en día, lo que determina cómo somos vistos y tratados por los que nos rodean. En este aspecto, solo las mujeres están más abiertas a experimentar una relación homosexual "si la mujer adecuada apareciese".
"Si observamos a las mujeres, el autoestima de aquellas que se declaran lesbianas tiende a ser mayor que el de las mujeres heterosexuales. Quizá sea porque se sienten más libres para ser quienes son en realidad. Vale, la sociedad puede que no lo acepte, pero es quienes son en realidad", ha añadido.
Respecto a los hombres, aunque muestran la misma predisposición que las mujeres, se niegan a admitirlo ya que vivimos en una sociedad heteropatriarcal que les empuja a rechazar este tipo de inclinaciones en aras de mantener una mal entendida masculinidad."Los hombres tienen demasiadas tonterías culturales sobre sus hombros. Tanto que aunque sientan atracción sexual por otros hombres, nunca lo dirían", apunta el investigador.
No obstante, estas limitaciones son ahora más flexibles, lo que da a los niños una manera de crecer en un entorno más diverso sin tener que encorsetarse en un unico modelo de sexualidad.
