El infarto de miocardio es la principal causa de muerte entre hombres y mujeres en todo el mundo, según la Fundación Española del Corazón. Este se produce cuando se obstruyen las arterias coronarias que suministran sangre al corazón, debido a la acumulación de grasa en sus paredes.
Puede causar una muerte súbita, aunque si atendemos a los síntomas a tiempo y acudimos al hospital, la probabilidad de sobrevivir es del 95%. Aproximadamente la mitad de los pacientes con infarto presentan síntomas de advertencia antes del incidente, que se suceden de manera gradual, en el transcurso de varios minutos. Estas son las principales señales que pueden indicar una ataque al corazón.
1 Fatiga y dificultades respiratorias
La disnea, o la dificultad para respirar, aparece antes de numerosos infartos, especialmente en las mujeres, y puede comenzar meses antes de que suframos un ataque al corazón. También se puede sentir una gran fatiga. Si de repente nos encontramos exhaustos sin ninguna causa aparente, lo mejor es acudir al médico.
2 Sudoración excesiva
Otro de los síntomas es sudar excesivamente, incluso cuando no estamos haciendo ejercicio. Esto se debe a que el corazón hace un esfuerzo mayor para bombear la sangre a través de las arterias obstruidas y entonces la temperatura corporal sube, aumentando la sudoración. Suele aparecer días antes de un infarto. Si notamos sudores fríos y la piel fría y húmeda, es más que recomendable ir al médico.
3 Indigestión, nauseas y vómitos
Aunque esto es más difícil de asociar a los infartos, lo cierto es que pueden aparecer problemas digestivos, como las nauseas y los vómitos. Si no hemos comido nada fuera de lo normal, una indigestión puede ser un síntoma de que tenemos un problema cardiaco. Lo mejor es, de nuevo, consultar con un profesional médico.
4 Dolor en el pecho
Sentir dolor en el pecho es el síntoma más característico de un ataque al corazón. Aunque no siempre aparece, es el más frecuente y el más reconocible. El dolor suele durar unos 20 minutos y es muy fuerte. También se siente una opresión el pecho, que puede aparecer de forma brusca o durante el ejercicio.
Puede acompañarse de dolor en otras partes del cuerpo como la mandíbula, el cuello, la espalda, el brazo izquierdo o la zona abdominal. El dolor no desaparece en reposo, ni varía con movimientos ni con la respiración. Si sentimos esto, hay que llamar rápidamente a los servicios de emergencia o acudir al hospital.
Ante cualquiera de estos síntomas, lo más prudente es visitar al médico. El cardiólogo Valentí Fuster ya advirtió en una de sus conferencias que "lo que de verdad resulta frustrante no es la gente que acude a Urgencias y no tiene un infarto, sino la gente que tiene el infarto y no viene, sabiendo que el 95% de las personas que mueren así las hubiéramos podido salvar. Y es algo que pasa cada día".
Aunque, por desgracia, en torno a una cuarta parte de los infartos ocurren sin síntomas previos, la prevención es la clave a la hora de evitar un problema cardiovascular o incluso la muerte. Si se detecta a tiempo, las probabilidades de sobrevivir son de un 95%.
