Muchas delegaciones nacionales de cara al Festival de Eurovisión piensan que diferenciarse es algo fundamental. Si hace unos días hablábamos de que Hungría se atrevía con el metal, o Israel traía música elaborada con sintetizadores, Estonia también se ha lanzado a la piscina con un producto radicalmente opuesto, algo que no deja de agradecerse en un festival que si bien presume de diversidad de lenguas, en estilos parece ofrecer poca diversidad para Lisboa.
Y es que en un festival plagado de baladas, canciones pegadizas, pop y si eso algo de rock, los estonios han sacado de su preselección nacional, el 'Eesti Laul', a una soprano interpretando una canción melódica en italiano. A través de Elina Nechayeva y su canción 'La Forza', los bálticos traerán a Lisboa una canción que perfectamente podría estar encuadrada en un musical o en medio de una aria. De momento, la elección ha sido todo un éxito, os contamos por qué.
Elina se sobrepuso a la nostalgia
Hablar de Estonia en Eurovisión, es hablar de un país con una corta trayectoria en el festival, pero de bastante nivel. Participando desde 1994, los estonios han conseguido vencer en una ocasión, allá por el año 2001 con 'Everybody', una canción pegadiza que sorprendió a todos venciendo en aquella edición en Copenhague en voz de Tanel Padal y Dave Benton. Este puesto, junto a otros siete top-10 hablan bien de un país que sin embargo lleva dos años sin alcanzar la final.
Y es que ni Juri Poostmann en Estocolmo 2016 ni Koit Toome y Laura en Kiev 2017 consiguieron llegar al sábado, escalón que este año parece que salvarán sin problemas. Hablando del 'Eesti Laul' de este año, lo cierto es que se planteó un concurso de bastante nivel, en el que se libraba una batalla entre la nostalgia y la actualidad. Todo esto se debe a que Stig Rasta, mitad de los representantes de Estonia en 2015, se presentaba de nuevo con una balada, 'Home'. En frente, llegaba el órdago de Elina Nechayeva, la que terminó llevándose el certamen ante cierta sorpresa pero de manera amplia. A diferencia de Noruega, Estonia prefería apostar por algo distinto que volver a llevar a una cara conocida al festival, un hecho que parece que de momento le ha ido de maravilla.
Diferencial en todo
Respecto a la canción, 'La Forza' es una apuesta arriesgada que parece haberle salido perfectamente de momento a Estonia de cara a Eurovisión. Llevando un idioma que no es el suyo, y un estilo radicalmente opuesto a lo común en el festival, la canción de Elina supone la perfecta imagen de la mujer de vestido pomposo que interpreta un tema de manera magistral en Eurovisión.
La canción une unos ejercicios de gimnasia vocal tremendos con una puesta escena sencilla pero efectiva, donde Elina Nechayeva con un traje enorme, recibe juegos luminosos en su cola, ocupando prácticamente todo el escenario. Sin saber aún si esta será la apuesta visual de los estonios en el festival, ver los tres minutos que dura la canción te deja con la boca abierta, algo que le ha servido a la delegación báltica para colocarse segundos en las casas de apuestas.
Aún con la duda de ver coómo se plasma todo en Lisboa, y a sabiendas de que es una canción que tendrá tanto afines como detractores a partes iguales al ser tan distinta, el reto de alcanzar la final para los estonios queda más que cumplido, y de regalo se ganan una licencia para soñar.
Hay un antecedente en el festival
La llegada de artistas propios de la música melódica al festival no es algo muy habitual ni mucho menos en Eurovisión, pero sí hemos encontrado un antecedente reciente. En 2013, Rumanía apostaba por un contratenor en escena, Cezar, el que llegaba a Malmö con su canción 'It's My Life'.
La canción, que comparte con la de Elina Nechayeva la fuerza de la gimnasia vocal e incluso un vestido de larga cola con el que se juega en la puesta en escena, consiguió quedar quinto de su semifinal y terminar decimotercero en el festival, en esta ocasión con una canción que si bien contaba con un tenor no dejaba de ser actual y festivalera.
'La Forza' sí se queda en algo más tradicional, pero comparte muchas similitudes con esta apuesta. El hecho de que sea complicado recordar algo más habla bien de la canción de Elina Nechayeva, la que promete dar mucha guerra en Lisboa.