El 20 de noviembre de 1975 murió Franco y en estos 40 años se han producido muchos cambios. Aunque no lo parezca, España y el mundo han evolucionado mucho y hoy en día hacemos multitud de pequeñas acciones cotidianas (y no tan cotidianas) que entonces serían impensables. Como dirían las señoras que se indignan, esto con Franco no pasaba.
1 Criticar al Gobierno
"Marge, la escopeta". ¿Te imaginas subir un Vine como este durante el franquismo? Tal y como afirmó una portavoz del PP cuando el ayuntamiento de Sanxenxo (Pontevedra) fue acusado de corrupción, "en época de Franco estarían en el calabozo esperando la pena de muerte". Ni hablar de programas como 'El Intermedio', claro está, que satirizasen las decisiones del presidente, periodistas como Carlos Alsina que le pusiesen en un aprieto con apuntes a su discurso ("¿Y la europea?") o un partido socialista que hiciese un vídeo riéndose de él, señalando que se encuentra "paralizado", con "ojos de asombro" y la "mente en blanco" y tildándolo de "la viva imagen de la inacción política". No, esto con Franco no pasaba.
2 Matrimonio homosexual
El matrimonio durante el franquismo era religioso, o no era. Y, por supuesto, entre un hombre y una mujer. La comunidad LGTB con Franco vivía en continua amenaza y secretismo, y los homosexuales eran perseguidos por la Ley de Vagos y Maleantes de 1954, la cual los condenaba a trabajos agrarios forzados e internamiento en instituciones especiales, separadas del resto de presos.
En los años 70, el Régimen dio un paso al frente en un ejercicio de compasión y se propuso curar a los homosexuales. Para ello, se enviaba a los hombres activos a un centro de Huelva y, a los pasivos, a Badajoz, mientras que las lesbianas iban a un manicomio. Por supuesto, en todos estos años también se produjeron ejecuciones, como la de Federico García Lorca, condenado por "homosexual, socialista y masón".
Sin exención de polémica, en 2005 el PSOE aprobó la ley de matrimonio igualitario. No, esto con Franco no pasaba.
3 Cuatro grandes partidos muy bailongos
¿Alguien tiene alguna duda? Las próximas elecciones del 20-D se presentan como, posiblemente, las más emocionantes de la democracia española. PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos se disputan una apretada mayoría en la que los pactos entre partidos serán fundamentales para formar gobierno. En el franquismo, se hacía lo que Franco y el Movimiento Nacional ordenasen, y punto. No había elecciones y, por supuesto, en el NO-DO no salía Francisco bailando como Soraya Sáenz de Santamaría ni cantando como Pablo Iglesias (¡un político con coleta!), si acaso inauguraba algún pantano. No, esto con Franco no pasaba.
4 Viajar por Europa con el DNI
En 1995 entró en vigor el espacio Schengen, por el cual los miembros de la Unión Europea (y algunos aledaños) podemos viajar entre nuestros países sin controles en las fronteras y, en caso de que se produzcan, sin necesidad de pasaporte. En el franquismo España tenía prohibida la entrada en la Unión precisamente por no tener un régimen democrático, a pesar de que se intentó acceder. Hasta 1985 no se firmó su adhesión, precisamente cuando se aprobó el acuerdo de Schengen. ¡Imaginaos, uno de esos vuelcafrutas franceses entrando libremente en la península! No, esto con Franco no pasaba.
5 Escribir whatsapps
Desde que Franco se alzó en el poder la tecnología ha avanzado a pasos agigantados. El correo postal dio paso al fax, el fax al teléfono, el teléfono a los e-mails, los e-mails a los SMS, los SMS al Messenger, el Messenger a los privados de Tuenti, los privados de Tuenti a los de Facebook y, los de Facebook, a WhatsApp. Antes todo el mundo se enteraba de las cartas que llegaban a casa y uno no se podía enrollar mucho hablando por teléfono. Era impensable que una jovencita chatease con un quinto del pueblo a kilómetros de distancia y en la soledad de su habitación. Y no solo hemos cambiado la manera que tenemos de comunicarnos, también han aparecido artilugios como cámaras digitales, televisiones en 3D, lavadoras con WiFi, neveras con cámara y relojes inteligentes. No, esto con Franco no pasaba.
6 Dormir en un hotel con tu novi@
En los años del franquismo había que estar casado y presentar un libro de familia que lo acreditase para que una pareja joven pudiese compartir habitación. Si no había una unión oficial, no estaba permitido que durmiesen juntos. Compartir lecho era una cosa seria y tenía que estar aprobada a los ojos de Dios (las uniones civiles no se aprobaron hasta la Constitución de 1978). Nada de conocer a alguien una noche y buscarse un hotel para darse una alegría y luego cada uno por su lado a la mañana siguiente. No, esto con Franco no pasaba.
7 Ir a un restaurante internacional
¿Para qué abrirse a la cocina de otros países teniendo nuestro cocido madrileño, nuestra fabada asturiana, el gazpacho y el morteruelo de Cuenca? Y sino, un bocata de lomo con queso. Hasta los 70 no empezaron a llegar restaurantes orientales a nuestro país, aunque tardarían en popularizarse y, cuando lo hicieran, estarían rodeados de leyendas urbanas. Ni hablar siquiera de un barrio multicultural como Lavapiés, con sus numerosísimos restaurantes indios y senegaleses. No, esto con Franco no pasaba.
8 Ver 'El Gran Dictador' de Chaplin
'La Naranja Mecánica' de Kubrick no llegó a España hasta el año 1975, 'El Gran Dictador' de Chaplin hasta 1976 y, 'La Matanza de Texas', hasta 1978. La censura franquista bloqueaba películas o las cambiaba a su antojo, con cortes de las escenas que no se adecuaban a su ideología o modificaciones en el doblaje. Llegaron a puntos tan absurdos como 'Mogambo', en la que convirtieron una relación adúltera en una bonita relación entre hermanos. Un incesto que ni 'Los Serrano', vamos. ¡La censura franquista era muy punk! Aunque bueno, en la reciente 'Cincuenta sombras de Grey' también parecía que habían metido la tijera para quitar las partes más provocadoras. Nada de quitarle el tampón y luego penetrarla. No, esto con Franco tampoco pasaba.
9 Ganar el Mundial de Fútbol
Hasta 2010 tuvimos que esperar para ver a España ganar un Mundial de Fútbol, y eso que veníamos participando desde 1934. Lo más cerca que habíamos quedado era una cuarta posición en 1950, obtenida en Brasil. De hecho, los torneos de 1954, 1958, 1970 y 1974, todos durante el franquismo, han sido los únicos en los que no nos hemos conseguido clasificar. Hay que reconocer, eso sí, que en 1964 conseguimos ganar una Eurocopa.
Jamás Francisco se habría imaginado que ganaríamos en 2010 con una farándula montada en torno al romance de Casillas y la Carbonero, que lo celebrarían con un beso (¡un beso!) improvisado en directo. No, esto con Franco no pasaba.
10 Tener una Constitución
¡Una Constitución, con sus leyes y sus principios! ¡Qué bonica! Durante el franquismo no había una España, sino que todo estaba regido por las Leyes Fundamentales del Reino, que regulaban el trabajo, las cortes y los derechos y deberes de los españoles, entre otros aspectos. De hecho, Juan Carlos I, al asumir su cargo tras la muerte de Franco, juró sobre la Biblia aceptar los principios del Movimiento Nacional. La octava ley, de Reforma Política, se aprobó en 1976 y fue la que permitió iniciar la transición hacia la democracia. Definitivamente, esto con Franco no pasaba.