La pandemia del coronavirus se alzó como un punto de visibilización de la salud mental en España. La época de confinamientos generó cuadros de ansiedad, depresión, preocupación excesiva o problemas de soledad no deseada en la población. Por este motivo, se extendió una conciencia generalizada que previamente no existía a lo que antes tan solo se tachaba como de "locura".
Ante la cantidad de etiquetas que se añaden a estos cuadros, hasta un 11% de las personas con problemas de salud mental esconden sus diagnósticos en España, según el estudio realizado la Confederación Salud Mental España y titulado 'La situación de la salud mental en España', que analiza la estigmatización social que existe en nuestro país, cómo afecta a los pacientes y cómo conlleva a nivel social a la hora de actuar.
El estudio también pone el foco a nivel laboral, especialmente en el informe de la organización, 'Sobre el estado de los derechos humanos en salud mental 2022'. De hecho, el informe resalta que se trata de la segunda problemática con menor tasa de empleo, puesto que las personas con este tipo de afecciones únicamente cuentan con un 17,7% de trabajo.
Los especialistas han insistido en la necesidad de visibilizar, denunciar y solucionar las carencias del mercado laboral y una inclusión real de las personas con salud mental. "El estigma y prejuicios que mantienen muchas empresas y Administraciones públicas constituyen dos de las principales causas de la elevada tasa de desempleo y uno de los mayores obstáculos a los que se enfrentan estas personas, prácticamente imposibles de sortear", explican.
Muchas de las personas que padecen esta problemática padecen un enorme riesgo al estigma que planea sobre ellas, por ello, habitualmente "evitan revelar su problema en una entrevista de trabajo y solo un 12,9% de las que tienen un diagnóstico lo comparte con sus compañeros y compañeras", revela el informe.
La Confederación explica en su estudio que "más de la mitad han sufrido rechazo social (58,5%), siendo el lugar de trabajo el habitual, señalado en alrededor de uno de cada tres casos de discriminación".
Derecho a un trabajo y salario digno
El derecho a un trabajo y un salario digno son básicos en la integración social. Que la persona pueda sentirse útil y parte activa de la vida social, explican desde la Confederación, "permite que su evolución mejore y se vea, además, como ciudadana de pleno derecho". Sin embargo, la plena inclusión queda todavía lejos.
La Confederación insta a mejorar, reforzar e impulsar medidas para que todos los pacientes puedan trabajar, promoviendo una cultura del trabajo que favorezca el bienestar emocional, la formación y concienciación de todas las partes de las empresas".
En este sentido, instan a adaptar los puestos de trabajo, establecer cuotas de reserva de empleo como primeros pasos hacia una convivencia plena.
La importancia de la salud
En el informe se destaca la importancia de un replanteamiento de las empresas desde su funcionamiento, "desde el momento en el que el ámbito laboral se perfila como una de las principales fuentes de origen de problemas de salud mental".
Una investigación publicada por la Universidad Pontificia de Comillas y la Universidad Carlos III de Madrid indica que los trastornos mentales son la segunda causa más habitual (15%) de baja laboral grave, las que se extienden hasta los 12 meses, solo por detrás de los problemas muscuesqueléticos.
La investigación zanjar que asegurar unas condiciones de empleo adecuadas podría reducir en un 60% los casos de mala salud mental de las empleados y un 80% de los trabajadores.