¿Sabías que la Comunidad de Madrid tiene un himno oficial? Junto con su bandera estrellada y escudo, forma parte de los símbolos de la provincia que fueron establecidos con la Ley 2/1983, de 23 de diciembre, bajo el mandato del entonces presidente socialista Joaquín Leguina.
El año en el que se aprobaba esta ley fue ni más ni menos en el que se firmaba el Estatuto de Autonomía de la Comunidad, que en 2023 cumple los 40 años. Madrid se quedaba sola después de que ni Castilla - La Mancha y Castilla y León la quisieran en sus territorios.
Esta situación es la que refleja el himno oficial de la Comunidad, cuya letra se acerca más a una sátira o incluso un "lloriqueo" por haberse quedado excluida en medio del mapa. Aunque cabe destacar que es una canción ampliamente desconocida y que su uso es casi nulo en los actos oficiales.
El origen de la canción
Este himno fue compuesto por Agustín García Calvo, un filólogo, poeta, dramaturgo y ensayista español, por encargo del entonces Presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid, que fue la última en conformarse en el país. El encargado escribir los versos aceptó componerlos por el módico precio de una peseta.
El resultado fue una letra que no tiene desperdicio, ya que narra la reciente historia de la nueva organización de España tras quedar independiente de las Castillas. Según explica la ley, el poema de tres estrofas sería el himno oficial, pero también existe una versión abreviada sin letra, para otros usos. La música quedó a cargo de Pablo Sorozábal Serrano.
Letra del Himno de la Comunidad de Madrid
Un dato curioso que también es ampliamente desconocido, es que la frase "de Madrid al cielo" aparece en este himno. De hecho, es la frase que lo cierra y que se convertiría en el eslogan de la ciudad hasta la actualidad. Otros verso que llama la atención es el de "yo tengo mi cuerpo, un triángulo roto en el mapa". Puedes leer la letra completa a continuación:
Yo estaba en el medio:
giraban las otras en corro
y yo era el centro.
Ya el corro se rompe,
ya se hacen Estado los pueblos,
y aquí de vacío girando
sola me quedo.
Cada cual quiere ser cada una;
no voy a ser menos:
¡Madrid, uno, libre, redondo,
autónomo, entero!
Mire el sujeto
las vueltas que da el mundo
para estarse quieto.
Yo tengo mi cuerpo:
un triángulo roto en el mapa
por ley o decreto,
entre Ávila y Guadalajara,
Segovia y Toledo:
provincia de toda provincia,
flor del desierto.
Somosierra me guarda del norte y
Guadarrama con Gredos;
Jarama y Henares al Tajo
se llevan el resto.
Y a costa de esto,
yo soy el ente autónomo último,
el puro y sincero.
¡Viva mi dueño,
que solo por ser algo
soy madrileño!
Y en medio del medio,
capital de la esencia y potencia,
garajes, museos,
estadios, semáforos, bancos,
y vivan los muertos:
¡Madrid, metropol ideal
del dios del progreso!
Lo que pasa por ahí todo pasa
en mí, y por eso
funcionarios en mí y proletarios
y números, almas y masas
caen por su peso;
y yo soy todos y nadie,
político ensueño.
Y ese es mi anhelo,
que por algo se dice:
"De Madrid al cielo"