El padre Antonio esconde un secreto que ha querido compartir con todos los feligreses: es la reina y diva más grande de la noche. Sí, lo has oído bien: cuando se quita la sotana, se enfunda el rimmel, tacón y gloss y se convierte en Big Mama Capretto.
"La gente se piensa que ando todo el día vestido de Big Mama, pero no es así. Sólo lo hago cuando realizo mis shows en el escenario", ha contado a los medios este curioso reverendo. "Soy un sacerdote católico y me encanta", relata en una entrevista a Univisión, mientras revisa la Biblia y recoge todos los enseres de la misa que acaba de dar a los fieles.
Sin embargo, todo cambia cuando dice lo siguiente: "Creo que esta noche me voy a vestir de prostituta". Entonces, sale a relucir Big Mama Capretto, una especie de Aramís Fuster pero aún más mamarracha, que se recorre todos los bares gays de Ohio animando a todo el que pasa. Y cantando, porque el padre Antonio canta como toda una verdadera diva:
Sí, lo suyo es arte, y no lo del Mozart ese. Sin embargo, el padre Antonio no guarda en secreto sus aficiones y su orientación sexual: "Descubrí que era gay a la edad de cinco años, cuando vi que me estaba enamorando de Batman y Robin". Mucho mejor que otros miembros de la Iglesia, seamos sinceros.
Es entonces cuando el padre Antonio cumple con su espectativa y se dedica a bailar vestido de prostituta, con el sujetador fuera, mientras los clientes del bar le dejan el dinero en las bragas. El resto de travestis no se cree que sea un párroco, y se quedan alucinando.
"Me dijeron, '¡oye, que eres un sacerdote!', y yo les respondí: '¿y qué más da?, es teatro, es entretenimiento", afirma. Y reconoce sin tapujos que es gay, travesti y sacerdote: "El problema está en la percepción que mantienen algunos sectores de la Iglesia, si Dios nos ha creado así y Dios es perfección, entonces no entiendo cuál es el problema".
El Obispo de la congregación Melvin Westover, está encantado, ya que piensa que trae mucha alegría a la Iglesia y ayuda a renovarla: "Nos está ayudando a llegar a otras personas y demostrar que la Iglesia es humana, una entidad viva que respira, creada para albergar a muchas personas". Y considera que ofrece la misa al igual que cualquier otro párroco.
"Todo esto es un mensaje al mundo con el que demostrar que no importa qué haces o cómo lo vives. Dios nunca cierra sus puertas a nadie. Sé que soy el único párroco travesti y lo hago para demostrarlo", ha afirmado este cura ante la cámara.
Él no lo duda: considera que puede servir a Dios con sotana o con tacones. Su Iglesia es todo un ejemplo a seguir para los demás.
Una Iglesia más inclusiva
Este sacerdote y su congregación pertenecen a la denominada Iglesia Católica Antigua, un grupo de iglesias cristianas que se separaron del catolicismo en el siglo XIX y que actualmente no están reconocidas por el Vaticano.
Su principal característica se encuentra en que mantienen una visión de la moral mucho menos estricta y acostumbran a lanzar un mensaje inclusivo con todo tipo de minorías.
Otras de sus características se encuentran en aceptar que las mujeres sean sacerdotisas o eliminar el acto de la confesión para enmendar todos los pecados graves que se cometen.
Tampoco promueven el celibato, aceptan todo tipo de anticonceptivos (incluyendo la píldora del día después), aceptan plenamente la homosexualidad y no reconocen la Inmaculada Concepción. Una Iglesia muy distinta a la que estamos acostumbrados.