Se ha vuelto a poner sobre la mesa el debate de las esculturas en conmemoración de dictadores y sobre si merecen seguir en pie, teniendo en cuenta la importancia de la Memoria Histórica. Concretamente, el pasado 22 de febrero, la Asamblea de Melilla aprobó la retirada de la estatua de Francisco Franco que había situada frente a la Muralla Florentina, y se terminó retirando al día siguiente.
La mayoría de medios replicaron que, por fin, ya se habían retirado todas las estatuas del dictador sobre terreno español, con el voto en contra de VOX y las abstenciones del Partido Popular. Sin embargo, todavía queda una.
Plantada en la intersección entre la Rambla de Santa Cruz y la Avenida de Anaga, en Santa Cruz de Tenerife, se erige la fuente monumental conocida de varias formas: Monumento a Su Excelencia el Jefe de Estado, Monumento a la Victoria o Monumento del Ángel. Lo cierto es que esta construcción de mármol y granito que supera los diez metros es, en pocas palabras, un homenaje al dictador.
Esta fuente, en la cual se puede ver a Franco de pie sobre un ángel con las alas extendidas, no solamente sigue intacta a día de hoy, sino que no hay ningún plan a corto plazo de retirarla. De hecho, su concejal de Cultura y Patrimonio Histórico ya mencionó que esto no era "una prioridad".
Han pasado más de cincuenta años desde que su escultor, Juan de Ávalos, la construyese en 1966 para conmemorar la victoria del bando fascista sublevado. Esto sigue siendo una vulneración y un ataque a las personas que sufrieron los efectos, no solamente de la Guerra Civil, sino de las décadas de franquismo que le siguieron, una época de torturas, asesinatos y represión contra todo aquello contrario al régimen.
La Ley de Memoria Histórica desfasada ante la impunidad del fascismo
Si bien es cierto que la propuesta de reforma de la Ley de Memoria Histórica es algo que lleva un tiempo planteándose, y que supuestamente lleva en anteproyecto desde junio de 2020, todavía contamos con una ley desfasada que no se ha modificado desde 2007. Sin ir más lejos, aún hay cientos de calles con nombres franquistas en España totalmente impunes ante la que debería ser una Ley de Memoria Histórica eficiente. Aunque ya se han quitado muchas de estas nomenclaturas desde 2015, en 2019 todavía quedaban 158 'Calle José Antonio Primo de Rivera' y 94 'Calle Francisco Franco' en España, además de otras tantas, según publicó El Confidencial.
Por lo tanto, a pesar de que retirar la estatua de Melilla sea un paso adelante en materia de memoria histórica, todavía queda mucho trabajo por hacer. Se puede empezar retirando el monumento del ángel soportando el peso de Francisco Franco a sus espaldas y cambiando el nombre a las calles franquistas. Se puede continuar haciendo pedagogía para que no se vuelvan a repetir los errores que se cometieron en esta época tan convulsa, visto cómo están las cosas desde la manifestación de 300 neonazis del 13 de febrero. Y se puede terminar por lograr la reconciliación de las víctimas, y de las familias de las víctimas, ante un terreno de total impunidad para lo perpetradores y torturadores del fascismo. Aunque el argumento opositor suela ser alrededor del tema de "no abrir heridas", lo cierto es que si la herida sigue escociendo a tantas personas es porque nunca llegó a cicatrizar.