Poder determinar si un trabajador está sufriendo acoso o mobbing es complicado. No obstante, si se identifican bien sus fases y se denuncia a tiempo el trabajador puede llegar a sentirse más seguro y no verse obligado a dejar su empleo. A continuación os enumeramos cuáles son las fases del acoso laboral y cómo identificarlas.
1 Conflicto
La primera chispa que prende la reacción en cadena siempre es un conflicto. Es normal tener algún problema en ocasiones con algún compañero de trabajo, pero lo importante es conseguir solucionarlo y llegar a un acuerdo. De no ser así, tal vez podría derivar en algo peor. Un conflicto ocurre cuando, por ejemplo, el jefe empieza a no darle tareas a su trabajador, a darle órdenes contradictorias, a desautorizarle entre sus compañeros o perjudicarle respecto a los otros.
Estas situaciones iniciales deben hablarse y tratar de solucionarse cuánto antes. Sin miedo al despido, es fundamental recordar que, como trabajador, también tienes unos derechos que te respaldan. De ese modo, si se trata de una situación puntual, allí se terminará y si no, podrá erradicarse a tiempo.
2 Acoso
Cuando el conflicto se prolonga en el tiempo es cuando ya comienza la llamada fase del acoso. En ese momento ya no se trata de una mala interpretación, sino que el trabajador siente que está sufriendo una discriminación respecto a los demás compañeros. En este punto los expertos recomiendan también buscar ayuda de un terapeuta profesional y de un abogado para ver qué es lo que más le conviene hacer.
En esta fase se desaconseja totalmente persistir, intentando buscar más comunicación o intentar mejorar como trabajador. Aunque de primeras puede parecer que "siendo un mejor trabajador mis jefes dejarán de tratarme así", este es un concepto equivocado. De primeras, el trabajador no debería sentir esa necesidad después de sufrir el acoso, sino que debería estar motivado por un ambiente de trabajo cómodo y seguro.
3 Intervención de la empresa
En esta tercera fase, el trabajador ve necesario tener que involucrar a la empresa. Con ello, conseguirá que la empresa no pueda excusarse en que no tenía conocimiento del acoso en caso de una denuncia. Al igual que ocurre en un colegio, donde los profesores son responsables de si hay o no acoso en las aulas, la compañía también es responsable del acoso, ya sea por dejación, porque lo han visto y no han hecho nada o por no llevar a cabo los protocolos anti-acoso.
En el momento que la empresa está notificada (bien mediante un contacto con Inspección de Trabajo o por una denuncia) ella misma debe percatarse de que el problema es de una magnitud mayor a lo que debería ser. Tras recibir la notificación, la empresa debería ponerse en contacto con el trabajador y tratar de solucionar el conflicto y erradicar el acoso que haya podido sufrir.
4 Exclusión
¿Qué ocurre si las demás fases fallan? Es entonces cuando comienza la última fase: la exclusión. Esta etapa sucede cuando no se toman las medidas adecuadas y el trabajador ya está muy afectado a nivel psicológico. Esto sucede porque o bien ha decidido aguantar y no denunciar en su momento, o bien no ha sido escuchado por la empresa.
Es entonces cuando él mismo, al ver que no puede más con la situación, se aísla voluntariamente para no seguir sufriendo. También puede ocurrir que sea la propia empresa quién lo aísle para no dañar al resto de trabajadores. Esta fase no tiene solución y, además, puede repercutir gravemente en la salud mental del trabajador. Por ello, hay que insistir en denunciar cualquier tipo de acoso que se pueda vivir, antes de que sea demasiado tarde.
