Quien tenga un perro como mascota, sabe que el amor que sienten hacia nosotros es inmenso. Por eso, en más de una ocasión, habrás dejado que tu perro te lama la cara cuando está contento. Al fin y al cabo, es una muestra de cariño.
Para los canes, un lametón es una forma de comunicarse. Con ellos te están diciendo que eres su amigo y que te aprecia. Es un comportamiento que adquieren desde que son pequeños. Cuando una perra da a luz, lo primero que hace es lamer a sus cachorros para limpiarlos y darles calor. Cuando crecen, lo siguen haciendo con los que considera familia, como tú. También pueden saber tu estado de ánimo o si estás enfermo a través de los lametones.
Su saliva contiene muchas bacterias
Ya es hora de que destierres el hábito de dejar que tu perro te chupe. Por muy adorables que sean nuestros perros cuando vienen corriendo y te llenan de lametazos, la saliva de estos animales contiene un gran número de bacterias que pueden hacer daño a nuestro organismo.
Existe la falsa creencia de que la lengua de los caninos está mucho más limpia que la de los humanos porque la utilizan para acelerar la cicatrización de sus heridas, pero no podría estar más alejada de la realidad.
Lo cierto es que los humanos no estamos preparados para tolerar y combatir muchos de los organismos que conviven en la boca de los perros. Nuestras mascotas poseen bacterias zoonóticas, y nos las pueden transmitir, causándonos enfermedades graves en los intestinos y en el estómago de los seres humanos, como la salmonella, la campylobacter, la clostridium o la Escherichia coli, entre otras.
Prohibido en boca, ojos, nariz y heridas
Sobre todo, hay que evitar los lametazos en la boca, los ojos, la nariz y en las heridas, porque es por donde entran las bacterias. Además, tampoco es muy agradable saber que el hocico del perro no deja de coger todo lo que hay en la calle y en el suelo, como restos de excrementos, basura, barro, y miles de cosas desagradables.
Pero tranquilidad, podemos seguir jugando con los perros con total normalidad, simplemente hay que seguir unas ciertas normas de higiene e intentar que no toquen las partes más sensibles de la cara. De todas maneras, si el perro y el humano están sanos no tiene por qué haber ningún problema.