La hija favorita del presidente Donald Trump, Ivanka (que ejerce actualmente el papel de primera dama hasta que Melania se traslade), es conocida por su afición a la moda y por su conocida firma de ropa. De hecho, el presidente no ha dudado en promocionar su empresa en todos los lugares en que ha podido hacerlo.
Sin embargo, las condiciones en las que viven sus empleados son más que escandalosas. Sus derechos laborales, completamente nulos. Los hechos han sido denunciados por varios activistas han están investigando las fábricas de miserias y abusos laborales que están viviéndose en la fábrica china de su compañía.
Ahora, los medios han podido comprobar que la situación se replica en otros centros de su compañía, como el que mantiene en Indonesia, donde trabajan hasta 12 empleados. Una situación, por cierto, que llama la atención cuando el presidente aseguró que se encargaría de impedir que las empresas se vayan de Estados Unidos. Su propia hija, al menos, no está cumpliendo con ello.
Así, en Indonesia, los empleados reciben un salario muy por debajo de la media del país, prácticamente en el límite de lo que fija la ley, lo que está provocando que muchos de ellos se vean incapaces de poder mantener a su familia.
Uno de los casos más esclarecedores lo ofrece Alia, una mujer cuyo salario es exactamente igual al mínimo legal de la provincia: 173 dólares mensuales. El suyo es un 40% inferior al de las fábricas chinas, donde también se fabrica su ropa de una manera bastante discutible.
Como el sueldo se estira poco, tanto ella como su pareja se ven obligados a vivir en una habitación de alquiler por la que pagan 30 euros mensuales. Sus hijos están lejos, en casa de sus abuelos, ya que es imposible que puedan mantenerlos en su hogar.
Por todo ello, a Alia le hace cierta gracia que Ivanka presuma de formar parte de las mujeres trabajadoras, cuando gana un salario muy superior por un trabajo que, de lejos, es mucho menos agotador que el que se produce en sus fábricas con condiciones inhumanas.
Y es que la conciliación de la vida laboral y familiar es completamente nula. Esta mujer tan sólo puede ver a sus hijos una vez al mes, algo completamente insuficiente para poder mantener una relación fluida con ellos.
Múltiples escándalos
Este no es el primer escándalo que se destapa en torno a las condiciones laborales de la hija del presidente Donald Trump. Recientemente, los medios denunciaron que en la fábrica china había 80 empleados de G-III Apparel Group que estaban siendo completamente explotados y que estaban cobrando unos sueldos muy insuficientes: tan sólo un dólar por hora.
En la fábrica de Indonesia, muchas de las trabajadoras se ven obligadas a realizar varias horas extra a lo largo del día sin que la firma les pague nada. Trabajan gratis, y si no lo hacen, despide y vuelve a contratar personal. Así funciona la maquinaria de la hija de Trump. Make America Great Again.