Lejos de resultados contundentes, Donald Trump ha conseguido demostrar que era capaz de consolidar su discurso populista conservador y su manera de hacer política. El presidente de Estados Unidos y candidato a la reelección no fue un mero accidente ni fruto de la injerencia rusa que sería barrido por un candidato moderado, sino que ha sabido calar entre las clases medias y en sectores aparentemente inescrutables para un candidato de sus características, como la comunidad hispana.
Las encuestas a pie de urna revelan que Trump ha mejorado entre los grupos demográficos. Frente a 2016, Trump ha aumentado un 2% entre mujeres de raza blanca, un 4% entre hombres de piel negra, un 4% más de mujeres negras y un 3% entre los latinos. Solo ha bajado un 5% entre hombres de raza blanca, según los sondeos de Edison Research.
A pesar de que Joe Biden ha ganado en votos delegados durante toda la noche, las perspectivas de Trump han sido muy superiores durante toda la noche electoral. El motivo: prometía vencer en estados decisivos con los que se dispararía hasta ganar rápidamente a su oponente.
Sin embargo, con el paso de las horas, la situación ha dejado la incógnita abierta. Biden ha abierto sus esperanzas al ganar Arizona y vencer en toda la costa oeste, incluida California, uno de los estados que aporta más delegados.
Trump, que llevaba toda la noche jactándose en redes sociales junto a su familia de una victoria que daba por asegurada, ha salido al paso acusando a los demócratas de "robar la elección", un movimiento que además se ha producido pocos minutos después del discurso de Biden, que se ha adelantado ante los medios. Una cierta muestra de debilidad que, parece, hace sentir que Trump piensa que no todo está asegurado o, al menos, amarrado como pensaba. Twitter ya ha señalado su mensaje como "engañoso" por infundir dudas sobre el sistema electoral norteamericano.
We are up BIG, but they are trying to STEAL the Election. We will never let them do it. Votes cannot be cast after the Polls are closed!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) November 4, 2020
Wisconsin, Michigan y Pensilvania, la clave
Wisconsin, Michigan y Pensilvania son los estados que decidirán, previsiblemente, el resultado de las elecciones más ajustadas de las últimas décadas. Hay quien emplaza al viernes para conocer el verdadero resultado de los comicios, por lo que la duda y los nervios crecerán en este país, sumamente polarizado.
Pensilvania, con 12 millones de habitantes y un fuerte voto por correo (en teoría beneficioso para los demócratas) es la puntilla. Trump ha puesto la mirada sobre este sistema de voto, que ha desacreditado durante semanas e intentará invalidar, incluso ante los tribunales.
Sin duda, es lo que faltaría en un proceso como el actual, donde la presidencia de Estados Unidos parece jugarse hasta el último voto y donde, a diferencia de 2016 donde hubo sorpresa pero el resultado fue claro, ahora parece que habrá que esperar.