Cada vez son más las personas que tienen hinchazón abdominal y digestiones pesadas después de comer, una situación que puede resultar muy molesta e incluso afectar su bienestar diario.
Esta sensación de inflamación suele ser el resultado de una combinación de factores, como una alimentación alta en grasas o azúcares, el consumo de alimentos ultraprocesados, y el estrés, que puede alterar el funcionamiento del sistema digestivo.
Además, el estilo de vida actual, con horarios irregulares y una menor actividad física, contribuye a una digestión más lenta y a la acumulación de gases. Como respuesta a este problema, muchas personas buscan alternativas naturales, como los probióticos y cambios en la dieta, para aliviar las molestias y mejorar su calidad de vida.
Pero, ¿qué son los probióticos? Nada más y nada menos que unos microorganismos vivos -bacterias y levaduras- que cuando se consumen en cantidades adecuada ayudan a mantener un equilibrio saludable en la flora intestinal.
Por su accesibilidad, preparación y precio, uno de los más consumidos es el kéfir, una bebida fermentada de la familia de los lácteos que se elabora a partir de la fermentación de leche, bebida vegetal o agua utilizando nódulos de kéfir. Estos nódulos están compuestos de bacterias y levaduras que descomponen la lactosa, lo que permite que las personas intolerantes a ella puedan consumirlo.
Aunque sus propiedades saludables van a depender del tipo de bebida que se utilice para el fermentado, el kéfir es rico en vitamina B12, calcio, magnesio, folatos, biotina y, por supuesto, en probióticos.
Cómo preparar kéfir en casa
Preparar este probiótico en casa es sencillo: necesitas nódulos de kéfir, leche, bebida vegetal o agua. Los nódulos puedes encontrarlos secos y son similares a pequeñas coles blancas.
Coloca una o dos cucharadas de nódulos en un frasco de vidrio con unos 500 ml de la bebida elegida. Cubre el frasco con una tela o tapa de manera que permita que respire y deja fermentar a temperatura ambiente durante 24 a 48 horas.
Una vez que la mezcla haya espesado y tenga un sabor ligeramente ácido - si has utilizado leche- o efervescente -si has utilizado agua-, cuela los nódulos y podrás utilizarlos de nuevo. El líquido resultante es el kéfir, que se puede consumir inmediatamente o refrigerar para un sabor más suave.
