La tranquila localidad de Rosselló en Segrià, Lleida, se convirtió este viernes en noticia para todos los medios de comunicación. El campanario de la iglesia de Sant Pere, datado del siglo XVIII, se derrumbó a las 11 de la mañana. La única buena noticia es que no causó ningún daño personal ya que la policía desalojó a los vecinos de las viviendas próximas y acordonó rápidamente la zona al encontrar por la mañana una losa de 20 kg en el suelo.
Los vídeos de los testigos corrieron como la pólvora en las redes sociales debido a su espectacularidad:
¿Por qué ocurrió el derrumbamiento?
Las causas del colapso todavía se están investigando. Los especialistas descartan que se pudiera deber a unas obras con unas subvenciones públicas que se hicieron hace un año para reparar la fachada. Reforma realizada por técnicos que no detectaron en su momento ninguna fisura en la Iglesia, como manifestó su sacerdote, Victor Manuel Espinosa.
Un par de semanas antes del hundimiento de la infraestructura los arquitectos municipales descubrieron las grietas en una inspección rutinaria. Ingenieros estaban buscando la forma de repararla cuando definitivamente se produjo el desplome. Un desplome que ninguno de los especialistas vaticinaban tan inminente.
La única secuela negativa fue la perforación de una tubería de gas, cuyo suministro fue cortado inmediatamente por la compañía.