Desde hace más de un siglo, el 8 de marzo se ha convertido en un día emblemático para celebrar los logros alcanzados por las mujeres en diversas esferas y para recordar la larga historia de luchas y sacrificios que han marcado su camino hacia la igualdad.
En la actualidad, esta fecha es testigo de marchas y manifestaciones en todo el mundo, donde se alzan voces para denunciar las persistentes desigualdades de género y la necesidad de seguir trabajando hacia una verdadera equidad. Numerosos datos respaldan esta realidad, evidenciando que en muchos lugares del mundo, el género femenino enfrenta barreras sociales que obstaculizan su pleno desarrollo.
Proclamas
Durante esta jornada de protesta, se hacen eco proclamas que demandan la equiparación laboral y salarial, una representación equitativa en roles políticos y empresariales de importancia, la condena firme a la violencia de género, y la urgencia de implementar políticas efectivas para erradicarla por completo. En resumen, se busca el pleno empoderamiento de las mujeres dentro del entramado social actual.
Los motivos por los que se estableció un día para reivindicar el lugar de la mujer en la sociedad parece que están claros. Sin embargo, ¿por qué hacerlo precisamente un 8 de marzo? Si echamos la vista atrás, encontramos más de un antecedente histórico, y no está claro cuál fue el más determinante.
Fechas clave de la lucha feminista
En marzo 1857, en el marco de la Revolución industrial, las trabajadoras de una fábrica textil de Nueva York salieron a la calle a protestar en masa por las duras condiciones de trabajo.
Si bien es cierto que en ese momento las condiciones laborales de todos los trabajadores eran durísimas, la precariedad se cebaba especialmente con la parte femenina del sector, cuyos salarios podían llegar a ser menos de la mitad que los de los hombres solo por el hecho de ser mujeres.
Las protestas terminaron con la intervención violenta de la policía contra las manifestantes, pero aquella movilización sentó un primer precedente gracias a su gran repercusión.
En 1907 tuvo lugar la primera Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Stuttgart, Alemania, liderada por Clara Zetkin, donde se fundó la Internacional Socialista de Mujeres. Uno de los primeros objetivos que perseguían era el sufragio femenino.
El primer Día Internacional de la Mujer
En apoyo a la huelga de las trabajadoras textiles de Nueva York en 1908, un hito que se sumaría a la historia junto con la de 1857, en 1909 una organización de Mujeres Socialistas en EE.UU. estableció el primer Día Internacional de la Mujer. Aunque inicialmente tuvo eco solo en Nueva York y Chicago, se estima que unas 15.000 mujeres participaron en una marcha que recorrió la ciudad de Nueva York.
En 1910, durante el segundo encuentro Internacional Socialista de Mujeres en Copenhague, Dinamarca, surgió la propuesta de instituir un día emblemático, alrededor del 8 de marzo, para reivindicar los derechos de todas las mujeres, especialmente el derecho al voto. El siguiente año, el Día Internacional de la Mujer se celebró por primera vez el 19 de marzo en algunos países europeos como Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza.
A lo largo de una centuria tan tumultuosa como el siglo XX, marcada por grandes conflictos, se fortaleció el papel de la mujer. En las décadas siguientes, numerosas organizaciones de mujeres en distintos países se sumaron a las reivindicaciones que se llevaban a cabo durante el mes de marzo. Finalmente, en 1975, la ONU oficializó este día de manera reconocida.
Es importante destacar que no es fácil señalar un solo evento como el motivo para elegir el 8 de marzo, por lo que se entiende como una lucha colectiva, un esfuerzo continuo a lo largo del tiempo. De este modo, cada generación ha asumido el compromiso de luchar por sus derechos y por los de las generaciones futuras.
¿Por qué el morado es el color del 8M?
El 25 de marzo de 1911 se produjo un incendio en la fábrica textil Triangle Shirtwaist en Nueva York. Muchas trabajadoras quedaron atrapadas y 146 perdieron la vida debido a derrumbes, la asfixia y el fuego. En aquella fábrica, elaboraban telas cuyo color era el morado. La leyenda asegura que aquel día se podía ver una gran columna de humo de ese color tras el incendio. Por tanto, existe la creencia de que el morado se vincula al 8M desde aquella tragedia.
Origen en España del 8M
Las muestras pioneras del movimiento socialista en España tardaron en llegar mucho más tiempo pese a que ya había iniciativas minoritarias y prácticamente clandestinas. La primera manifestación autorizada en España por el 8 de marzo tras la Guerra Civil, fue en 1978, pero un año antes ya se celebró un acto en el Pozo del Tío Raimundo, en Madrid, en el que se dio un mitin, convocado por la plataforma de organizaciones feministas.
Llegó el 8 de marzo de 1978. La primera marcha en la capital fue convocada por la plataforma de organizaciones feministas pero fue la autoridad gubernativa la que eligió el recorrido: en el Paseo de Pintor Rosales.
Mujeres que han dejado huella en el movimiento feminista español
Concepción Arenal
Considerada una de las grandes precursoras del feminismo español, esta escritora dedicó varios libros a analizar la situación de la mujer y defender sus derechos. Ya en 1869, en su obra 'La mujer del porvenir', rechazó ideas arraigadas en la época sobre la supuesta inferioridad biológica de la mujer, y en otro de sus libros criticó que de las mujeres solo se esperase que fueran esposas y madres, afirmando que "lo primero que necesita la mujer es afirmar su personalidad". Llegó a disfrazarse de hombre para poder ir a la universidad, y defendió con firmeza el acceso de las mujeres a la educación.
Clara Campoamor
Para muchas, el mayor referente histórico del feminismo en España, muy especialmente por su liderazgo en defensa del sufragio femenino, que logró que fuese incluido en la Constitución de 1931 durante la Segunda República. Paradójicamente, Campoamor tuvo que enfrentarse a sus propios compañeros del Partido Radical, que se definían como liberales y demócratas, y también al izquierdista Partido Radical Socalista: se oponían porque creían que la mayoría de mujeres, influidas por la Iglesia Católica, votarían a la derecha. Sin embargo, finalmente su propuesta salió adelante en el Congreso, recibiendo el apoyo de la mayoría de diputados del PSOE y de buena parte de la derecha, aunque con la excepción de importantes líderes como Indalecio Prieto y José Calvo Sotelo.
Rosalía de Castro
Poetisa y novelista española, que escribió tanto en gallego como en castellano. Rosalía de Castro (1837 - 1885) fue una de las escritoras más importantes de la literatura española del siglo XIX. Con algunas de sus obras, como 'La hija del mar', quiso reivindicar los derechos de la mujer. A través de los versos de su poema 'Lieders', reivindicó la libertad y la autonomía del género, y se convirtió en uno de los primeros manifiestos feministas en nuestro país.
Entre sus obras más famosas está 'Cantares gallegos', conocido como la primera gran obra de la literatura gallega contemporánea, en la que Rosalía hace una crítica social, además de denunciar la subordinación de la mujer gallega al hombre, tanto social como laboral.
Además de ser la precursora de la figura de la mujer en la literatura española como escritora fue, junto con Bécquer, la pionera de la poesía española moderna.
Emilia Pardo Bazán
Novelista, periodista y crítica literaria. Emilia Pardo Bazán (1851 - 1921) fue la primera catedrática en nuestro país. La gallega reivindicó los derechos de la mujer y el feminismo, sobre todo, defendió el acceso de las mujeres a la educación y a las mismas oportunidades que tenían los hombres en aquellos años.
Gracias a sus actos, Bazán demostró que las mujeres estaban más que capacitadas para ocupar los mismo puestos que los varones, en unos años en los que las mujeres estaban destinadas al cuidado del hogar y de los hijos.
A pesar de su trabajo, tanto por las mujeres como en el mundo del periodismo y de la literatura, sus compañeros de la Real Academia Española le denegaron el acceso en varias ocasiones.