El español, la segunda lengua más hablada del planeta con 559 millones de personas, ya cuenta con otra nota positiva: es el idioma más feliz del mundo. Y no, en ningún caso se trata de una opinión que hemos querido lanzar desde Los Replicantes, si no que la afirmación cuenta hasta con datos científicos.
Según afirma un estudio de la Universidad de Vermont, en Estados Unidos, nuestro idioma es el más feliz y el que transmite más positividad de todos los seleccionados. En dicha lista hemos superado al portugués, al inglés y al indonesio, siguientes en el registro; y se encuentra a años luz del más triste, el chino.
Para llegar a esta conclusión, el equipo liderado por Peter Sheridan Dodds decidió evaluar un total de 100.000 palabras localizadas en 24 publicaciones de 10 idiomas distintos. Para ello, se eligió el español en su variedad mexicana. Y triunfó.
Los evaluadores pudieron comprobar cómo en las palabras extraidas de Google Books, medios de comunicación, Twitter, páginas web, subtítulos de televisión y de cine y letras de canciones musicales; primaban las palabras alegres sobre las tristes. Contando con la gran cantidad de fuentes, parece que la conclusión era fiable.
El análisis de estas palabras prueba la existencia de "una profunda huella humana de sociabilidad humana en el lenguaje", algo que muestra que las palabras de nuestro idioma "poseen un sesgo hacia la positividad universal, algo que es independiente de su frecuencia de uso".
Los participantes en el estudio debían puntuar en una escala de 1 a 9 las 10.000 palabras más utilizadas en cada uno de los diez idiomas. Como es evidente, otorgaron menor puntuación a las palabras negativas -como desgracia, muerte o cáncer- y más a las positivas -como cumpleaños, vida o sorpresa-. Sin embargo, en español dicho sesgo fue mucho más positivo que en el resto de idiomas.
Las mayores tasas de positividad se hallaron en las páginas web en español, los Google Books y Twitter en el idioma de Cervantes; seguidas de las páginas web y Twitter en portugués. En el lado contrario, las tasas más bajas se registraron en las canciones en inglés, los subtítulos de las películas en coreano y los Google Books en chino.
Gracias a todo ello, los investigadores han aprovechado para desarrollar una especie de "hedonímetro", un sistema que tiene la capacidad de evaluar la felicidad contenida en un texto escrito. El próximo objetivo será el de aplicar este método en otros lenguajes y en diferentes grupos demográficos.