Aún no ha terminado 2022 y España ya registra un dato de mortalidad especialmente preocupante. Nuestro país cuenta con un incremento de más de 30.000 fallecimientos no esperados desde el mes de enero, aunque no se conocerán los motivos de estas muertes hasta que el Instituto Nacional de Estadística (INE) publique los datos.
Los datos son preocupantes. Son 33.165 muertes desde enero, frente a las 14.567 en 2010 y las 10.004 registradas en 2021. Con estos datos, se puede comprobar que la mortalidad ha triplicado a la registrada en 2021, con más de 30.000 fallecidos no esperados.
Ante la gravedad de los datos, el modelo matemático no explica el motivo de los fallecimientos. Los expertos explican que, sin un motivo claro, es difícil elaborar una estrategia definida en materia de Salud Pública que permita combatir una problemática.
Datos y posibles causas
A falta de conocer los datos que publicará el INE cuando finalice este año, sí hay constancia de que las 30.000 muertes, unas 5.000 son atribuibles a la ola de calor. Además, algunas de las causas que podrían haber influido en este exceso de mortalidad podrían ser el abandono de pacientes crónicos, el retraso de tratamientos y diagnósticos durante la pandemia y el Covid persistente. Hay que tener en cuenta que la patología no solo afecta al aparato respiratorio, sino que es un virus multisistémico, por lo que puede afectar a todo el organismo.
La crisis sanitaria derivada de la expansión del coronavirus también ha provocado un problema en la atención de los colectivos más vulnerables en materia sanitaria que, en condiciones vulnerables, habrían fallecido en meses o años posteriores.
Además, hay muchos pacientes que han visto su atención pospuesta por la pandemia, de forma que sus patologías han sido diagnosticadas demasiado tarde. Enfermedades como cáncer o problemas crónicos que no han podido ser atendidos de forma adecuada por la saturación del sistema sanitario.
Los hechos evidencian la importante incidencia que ha tenido el SARS-CoV-2 en el sistema sanitario y a todos los niveles en la población, que se están evidenciando incluso cuando la estrategia de gripalización del coronavirus se ha consolidado.