España se sitúa a la cola de gasto en educación del total de la UE. Concretamente el quinto país por la cola en esta materia, lo que supone que tenga detrás únicamente a Rumanía (3,1%), Irlanda (3,7%), Bulgaria (4%) e Italia (4%), en función del gasto en el PIB.
La diferencia con los países mencionados no es amplia: nuestro país gastó el 4,1% de su Producto Interior Bruto, lo que se traduce en un gasto anual de 940 euros por cada uno de los contribuyentes.
La cifra se sitúa muy lejos de otros países como Luxemburgo (4.685 euros), Dinamarca (3.369 euros) y Suecia (2.977 euros), pero también por debajo de otros países con menor renta como Portugal, Grecia, Estonia o Letonia, en función del porcentaje de su PIB.
La cifra de gasto en educación también se sitúa muy lejos de la media de la UE: 14.05 euros por habitante frente a los 940 euros del país ibérico. España representa la cuarta economía del Eurogrupo.
Por debajo de España, se sitúan los países con menos recursos de toda Europa: Rumanía, con 248 euros; Bulgaria, con 250 euros; y Croacia, con 494 euros.
Diferencias entre autonomías
La descentralización del sistema educativo en España también está fomentando las desigualdades dentro de nuestro país, y está generando un agravio comparativo: algunos ciudadanos españoles contarían con una posición real preferente respecto a la comparativa comunitaria que otros.
De esta forma, si el gasto medio en educación de un ciudadano del País Vasco es de 1.235 euros al año, los madrileños tan solo se están gastando de media un total de 640 euros, incluyendo el presupuesto de las administraciones, algo en lo que también han influido el tipo de políticas impuestas por los distintos Ejecutivos autonómicos.
Cada euro invertido en educación tiene un retorno posterior en beneficios para el país, como los desarrollos en investigaciones o, simplemente, en conseguir una sociedad más avanzada.
Además, los países que están inviertiendo más dinero en la educación de los menores son los que se encuentran posteriormente en los rankings de países más desarrollados o con mayor población con estudios superiores, menor paro y mejores salarios.
Porque en este caso, la educación no es un juguete.