A partir de este miércoles 20 de mayo no se podrá fabricar, distribuir ni vender tabaco mentolado ni en territorio nacional ni en la Unión Europea. Así lo ha recordado el Ministerio de Sanidad, anunciando que finaliza la moratoria concedida por la UE para los productos con aroma característico ya sea como aroma presente en su composición o en cápsulas dosificadoras en filtros.
La prohibición viene desde Bruselas. La Comisión Europea aprobó acabar con los cigarrillos con sabores y aromas en el 2016 para evitar hacer del tabaco un producto más atractivo para la gente joven y es que el mentol incluido dentro del producto provoca un sabor atractivo y sirve para enmascarar el sabor amargo del tabaco en combustión.
Sin embargo, la norma no afecta al tabaco para pipa de agua (la cachimba), ni a los llamados "productos de nueva generación", como el tabaco calentado, ni a los cigarrillos electrónicos (que no llevan tabaco sino líquidos, la mayoría con nicotina).
Consumo de mentolados en España
El tabaco mentolado nació en Estados Unidos en los años 20 y en sus inicios fue un producto dirigido especialmente a la población negra y a las mujeres. A finales de los 70, el mentolado suponía casi un 30% de las ventas de tabaco en Estados Unidos.
A España no llegó hasta la década de los 60 de mano de marcas estadounidenses, por lo que eran más caro. De esta manera, se convirtió en un producto solo asequible para la clase alta de la época llegando a ser incluso una forma de distinción.
Lo cierto es que en España su consumo siempre ha sido prácticamente residual. Mientras que en Finlandia, por ejemplo, supone el 25% del mercado, en nuestro país solo supone un 3% de las ventas, según la Mesa del Tabaco, entidad que agrupa a todo el sector, desde cultivadores hasta marcas y estancos, aunque en Canarias la cuota de mercado triplica la media y ronda el 10%.