La inflación, es decir, la subida de los precios unido a la congelación de salarios ha convertido a España en el país de la Unión Europea con mayor empobrecimiento generalizado de su población.
La petición de la ministra de Empleo, Fátima Báñez a la patronal, "ya es hora de subir los salarios" realizada el pasado mes de julio no ha surtido efectos: el aumento durante el primer trimestre del año (últimos datos publicados) fue exactamente del 0%, y nada apunta a que la situación haya cambiado desde entonces.
Los datos contrastan especialmente con los registrados en el resto de países del eurogrupo: el salario por hora ha aumentado un 1,6% en la eurozona, un 2,1% si se incluye también a los países que no comparten la moneda única.
En España, mientras tanto, la tendencia va hacia la congelación de salarios o, incluso, hacia la bajada. A ello ha contribuido la baja calidad del empleo creado y que sitúa al país ibérico a la cola de sus socios.
Otro aspecto importante está relacionado con el fracaso de la negociación colectiva entre patronal y sindicatos que no llegaron a un acuerdo a nivel nacional y que bloqueó la subida de salarios en el empleo.
Mientras que los salarios no suben o, incluso bajan, el euro continúa posicionándose con fuerza sobre el dólar y esto se hace notar en los precios: el sueldo que recibimos a principios de mes abarca poco a poco menos necesidades que antes.
En la mencionada subida de precios también hay dos aspectos muy importantes: el encarecimiento de la electricidad y la subida del petróleo en el mercado internacional.
Este año los precios han subido alrededor de un 2,7%, de manera generalizada, mientras que los salarios siguen congelados. Se trata de de la situación más acusada de toda Europa y representa un recorte final de salario, puesto que el dinero que ganan los trabajadores vale cada vez menos.
Además, el empleo que se está creando es de baja calidad, por lo que aunque la retribución de los trabajadores ya contratados crezca moderadamente, los bajos salarios de los nuevos empleos (por debajo de la media) hacen que los españoles seamos, por regla general, más pobres que el año anterior.
Los países del Este, al alza
Mientras que España se encuentra a la cola en relación a salarios, los países del Este de Europa están en la cumbre. Sirva como ejemplo la siguiente comparación: mientras que el salario por hora trabajada ha subido en España un 0%, en Letonia ha aumentado un 8,6%; en Estonia un 5,4% y en Eslovaquia un 3,4%. Se trata de una región de la eurozona en pleno crecimiento.
En cuanto a los países de nuestro entorno, destacan Francia con un 2% de aumento, Alemania y Portugal con un 1,8%; Irlanda con un 1,1% e Italia con un 0,7%. En España, mientras tanto, seguimos en el 0%.
Tan solo dos países registraron una bajada absoluta de salarios: Holanda (-0,1%) y Finlandia (-1,5%). Sin embargo, la inflación en los países han sido mucho más baja que en España, por lo que, en términos absolutos, sus ciudadanos no han perdido tanto poder adquisitivo como en el país del sur de Europa.